La última vez que estuve hace aproximadamente un año, pensé que posiblemente no volvería, ya que en los últimos años estaba perdiendo mucha calidad el Tapinería de siempre, tal y como apuntan el resto de compañeros.
El pasado viernes acudimos a cenar un grupo de diez personas. Al parecer había cambiado de dueños y habían reformado el local y modificado la carta.
El local acogedor de luz tenue y paredes de colores, se ha convertido en un local blanco y azul turquesa. Está bonito, pero ya no es "Tapinería".
Nos ofrecieron una carta a base de tapas, tostas y tablas y con únicamente tres platos (bacalao, magret de pato y entrecot de buey). Una carta, por cierto, con faltas de ortografía.
Manteles y servilletas de tela, cubertería y cristalería correcta, pero curiosamente platos transparentes de ondas duralex, como en casa de mi abuela.
Como la carta no daba mucha mas opción pedimos de tapeo: dos ensaladas bastante correctas y bien presentadas, croquetas variadas que no estaban mal, carpaccio de pulpo ni fú ni fá, patatas bravas "diferentes", la típica chistorra a la sidra y unas tostas para compartir muy poco elaboradas y con materia prima muy floja.
Para beber tomamos unas cervezas y dos botellas de vino, de una carta más bien escasa. Pedimos dos botellas de Absum y una de ellas salió mal. No es que entendamos mucho... pero cuando tienes dos botellas para comparar... Después de "convencer" al camarero nos la cambiaron por un Icono. No quedaba más Absum.
Para los postres sólo podíamos elegir entre cuatro opciones (tarta de chocolate, helado de leche merengada, tarta de hojaldre y manzana y sorbete de limón) y ante la variedad optamos por pedir un poco de todo. Los postres muy flojos en sintonía con el resto de la cena.
Finalmente, la máquina "estropeada" de café dio el colofón perfecto a la velada.
Pagamos 18 euros por persona, que aunque no es un precio excesivo, prefería el Tapinería de hace años, un poco más caro pero ofrecía una buena calidad, más variedad y un ambiente acogedor y agradable.
O poca profesionalidad y no te quieren dar café. La verdad es que no están los tiempos para tratar mal al personal con la competencia que hay y la gran cantidad de menús ajustados que hay para elegir en Valencia capital. Hace años esto era un páramo. Ahora tienes una gran oferta para elegir pero hay que ir con cuidado con lo que eliges.
Si no me equivoco, casualmente fuimos a cenar el día de la reapertura y tal vez no estaban bien preparados, pero demasiadas coincidencias... La verdad es que el local estaba lleno, pero mucho se tienen que poner las pilas para satisfacer a los que conocimos "Tapinería".
Un saludo.
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