Una vez más

Otra visita más a este magnífico templo del vino en menos de un mes y las sensaciones todavía mejoran.

Cena de amigos, 3 parejas y 2 niños pequeños, uno de los cuales le daría la cena a la pobre madre que no pudo probar bocado. Llegamos al local y mientras terminábamos de acomodarnos ya nos puso Miguel una copa de un vino blanco muy interesante para probar. Resultó ser Zárate 2011, cosa que no acertamos, lo que sería una tendencia durante toda la cena.

No describiré el local porque ya ha sido suficientemente descrito. Lo dicho, hasta que cruzas la puerta y palpas el ambiente no te das cuenta que allí se respira buen vino.

Pedimos para compartir, todo al centro:
- Empanada de maíz en 2 versiones: berberechos con algas y zamburiñas. Ambas estaban estupendas, con un sabor profundo que mostraban la buena mano que hay detrás.
- Calamares
- Croquetas
- Pulpo á feira
- Xoubas (sardinas pequeñas)
- Pimientos de Padrón

Realmente toda la comida estaba muy buena. En este sentido noté una mejoría con respecto a la última visita, un paso adelante. Es cocina tradicional gallega pero plena de sabor.

De postre, sólo uno pidió tarta helada para empezar a digerir lo comido.

En cuanto al vino, también se ha hablado aquí del buen gusto de Miguel por el mismo, pero además le encanta presentarlos a ciegas, con lo cual nos dejamos sorprender. El primero que apareció fue un magnum del que casi todos dijimos que era albariño por la acidez pero al retirar el envoltorio apareció un magnífico Pedrouzos 2010. Como veníamos de un godello, le pedí algo con un poco más de nervio, con lo que nos trajo otra botella, tapada por supuesto, que resultó ser Finca A Pedreira 2011. El vino recordaba totalmente a los albariños de toda la vida, un vino sin maquillaje.

Después de esta visita se demuestra que tanto el local como Miguel están en plena forma y estoy seguro de que volveré en breve. Agradecer a Miguel el detalle de tenernos la mesa reservada a pesar de llegar casi una hora tarde, los críos nunca tienen horarios.

  1. #1

    Kintiman

    Espero poder tener la suerte de visitarlo en mas ocasiones y poder disfrutar de esos homenajes "a ciegas"

  2. #2

    Alberto.Freire

    en respuesta a Kintiman
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    Tú has podido comprobar lo que le gusta a Miguel tapar los vinos. Ahí es donde uno se da cuenta de lo poco que sabe ...

  3. #3

    JoseRuiz

    ¡Qué bueno Pedrouzos!

  4. #4

    oscar4435

    Que lo haga bien , en plena temporada veraniega , dice muxo de este local , la verdad mola eso de no saber lo que bebes.

  5. #5

    Alberto.Freire

    en respuesta a oscar4435
    Ver mensaje de oscar4435

    Sí que mola. Además te pone completamente en tu sitio.

  6. #6

    Joseangel

    Qué suerte que contéis en tu tierra con esos vinos y esos restaurantes con dueños con inquietudes por los vinos.

  7. #7

    Alberto.Freire

    en respuesta a Joseangel
    Ver mensaje de Joseangel

    No es que haya demasiados restaurantes de este tipo pero sí un par que merecen mucho la pena. Además, les gusta guardar vinos para que el cliente pueda probar añadas antiguas (y pueden hacerlo económicamente, claro).

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