Cuando leímos el comentario del forero Pithos sobre este restaurante nos pusimos a investigarlo, porque esta es una zona donde solemos tapear con frecuencia y no lo conocíamos. Nos dimos cuenta que este Ricky no era otro que quien dirigió durante tanto tiempo y con maestría la sala de ese pequeño gran restaurante llamado El Fogón de Trifón y como tenemos una magnífica relación con él, no dejamos pasar más tiempo y acudimos a tomar algo a su nuevo proyecto en solitario.
El local ocupa la antigua Taberna Bandolero, pero la obra ha sido completa y sus líneas son limpias, modernas y funcionales, con una buena barra, tres mesas altas y dos pequeños comedores sencillos y agradables. Esta vez nos quedamos en la barra para poder charlar mejor con Ricky, que como siempre estuvo atento y servicial. Con las cervezas del inicio nos pusieron aperitivos como el soberbio género ibérico (lomo, jamón y salchichón) de COVAP (Cooperativa Valle de los Pedroches), una rica ensaladilla rusa, un delicioso canelón de marisco y un par de anchoas de verdadera antología, elaboradas por un artesano de Santoña, de las mejores que hemos probado nunca, realmente estupendas. Después nos recomendó un blanco gallego que nos abrió por copas, un Via Arxentea 2011 (godello y treixadura de Monterrei) que nos gustó mucho y pedimos de raciones unos magníficos chipirones en su tinta (16 euros), de tamaño ideal y muy bien ejecutados, un tartar de atún rojo (20 euros) sencillo y sabroso, con una máxima calidad en el pescado y con su punto justo de wasabi y un par de vieiras con yema de huevo trufada (6 euros cada una) igualmente bien realizadas. De postre un refrescante sorbete de mandarina con yuzu. En general, se trata de una cocina moderna y de mercado, basada en una buena materia prima y preparaciones sencillas y esmeradas y con un nivel de calidad satisfactorio. Ofrece además un menú de 25 euros que contiene 5 medias raciones, opción que parece más que interesante.
La oferta de vinos es escueta pero satisfactoria, con referencias contrastadas de calidad, mayoría nacionales con algún Champagne para completar. Precios bastante ajustados (ejemplo Gramona Imperial a 19 euros o Billecart-Salmon Rosé en torno a los 60) . Copas de calidad y servicio amable, en la línea esperada. Terminamos con unos GT de Rives Especial y Schweppes de pimienta rosa perfectamente preparados, Ricky quiere dar énfasis al tema copas entre las horas de comer y cenar.
En fin, que estamos ante una casa de comidas moderna y funcional, con una cocina de mercado y sencilla, con calidad de producto y elaboración, donde se cuida el vino y los destilados y todo a cargo de una persona a la que conocemos desde hace un tiempo y que destaca por su gran experiencia y su siempre impecable trato al cliente. A partir de ahora, un local más en nuestra agenda de habituales en la zona.
Es un buen sitio José Luis, lanzarse en solitario en tiempos como los actuales tiene su riesgo pero dando bien de comer como da y cuidando igualmente bien al cliente sin pasarse en los precios, creo que este local dará que hablar.
Por cierto, ¿a quién te refieres con Sam?
Saludos,
Eugenio.
Enhorabuena por el comentario, Eugenio. Siempre apetece que aparezca algún local nuevo e interesante.
¿Lo encuadrarías en local de tapeo-tapeo o es factible comer de raciones?
Saludos
Las dos cosas, la barra es amplia y cómoda y hay tres barricas con taburetes para tapeo, además de dos comedores para comidas o cenas más formales a base de raciones. En ese sentido es bastante versátil.
Saludos,
Eugenio.
Interesante... Otro local a añadir a una zona con barras de gran calidad.
Saludos
Suelo coincidir con tus opiniones de tapeo en esa zona ya que soy vecino, pero en este caso tengo que reconocer que he estado 3 veces y no me ha gustado nada. He vuelto siempre queriendo darles otra oportunidad, pero no es un local para mi. La viera de la carta es un horror. Por la tarde le dan un toque con iluminación rosa que es un espanto, pretendiendo orientar el local al "after-work". En fin...
Pues fíjate lo que son las cosas, jeje. Estuve el pasado viernes y de nuevo todo me gustó mucho, sardinas marinadas, anchoas, cocochas de cerdo ibérico (una pasada), todo muy rico. Y de beber un Gramona Imperial.
Lo del “after-work” es una cosa muy de moda y que se está extendiendo a muchos locales. A mí da igual porque no son horas a las que voy a ir, yo cuando salgo del curro me voy un rato al gimnasio y después si tengo cata de vinos pues a catar. Pero eso del “after-work” no va mucho conmigo, soy castizo clásico, poco amigo de las modas anglosajonas.
Saludos,
Eugenio.
No, no tiene nada que ver, creía que me estabas poniendo un comentario sobre la Taberna Marcano, que he puesto hoy mismo. Esta taberna está justo enfrente de La Catapa y estuvimos el sábado. El viernes estuvimos comiendo Donde Ricky y de nuevo muy bien, por eso me ha extrañado lo que cuentas. Tomamos anchoas y sardinas marinadas, unas cocochas de cerdo ibérico jugosas y buenísimas (no conocía ese corte) y los huevos estrellados que estaban fantásticos, con patata frita en vez de panadera. Un Gramona Imperial acompañó perfectamente. Volvimos a comer muy bien y luego nos tomamos un par de GT’s con Nº209 y Martin Millers muy bien preparados. Salimos contentos.
Saludos,
Eugenio.
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