Es un sitio conocido en Valencia y la verdad siempre apetece el acercarse por allí a la hora del almuerzo. La carta es realmente sorprendente por la cantidad de platos, tapas y con opción de bocadillo del día. Tienen, o mejor dicho no tienen, varias cosas a su favor y que dicen mucho sobre la calidad del procucto que allí se degusta. No tienen microondas con lo que el producto que sirven está recién cocinado. La tortilla se sirve a temperatura ambiente.
El trato es bastante correcto. La empleada que me atendió lo hizo muy correctamente y conocía todos los detalles de la carta, la elaboración de los platos y hasta los vinos.
Opté por unas albóndigas de bacalao, no eran muy grandes, donde salen 6 en una ración, una copa de vino tinto de la tierra, Maduresa, a la temperatura perfecta y recién abierto. Acabé con un café.
Todo salió por 13.70. Las albóndigas quizá caras para lo que era en sí el plato. Ahora bien eran de una calidad y textura excepcionales. La copa de vino costó 3.50 algo caro quizá pero también hay que reconocer que es un buen vino.
En resumen diría que la calidad del producto fue sobresaliente aunque quizá el precio algo desajustado para los tiempos que corren hoy en el mundo de la restauración.