El peculiar y diferente estilo (por decoración y presencia) del restaurante de Fernando Limón en la PRE sierra madrileña es sin duda uno de los sitios más admirados y comentados en los corrillos de la capital…, la causa tras visitarlo puede ser la posibilidad de comer muy buena cocina de autor sin las etiquetas habituales (no es el único sitio) a un precio muy interesante.
El propio Fernando es quien recibe la comanda ajustando la misma a los gustos de cada cliente, para la elección del vino fue el propio Fernando quien nos recomendó un vino de Sudáfrica THELEMA, por supuesto nos negamos en redondo (entre otras cosas por el más que largo tránsito de la caja), pero fue el propio Fernando quien insistió en la elección y donde manda patrón….. El resultado no pudo ser más bueno.
THELEMA es un vino sudafricano 100% shiraz, con 18 meses en barrica de roble francés (80%) y americano (20%), de las cuales un 30% son barricas nuevas, de color opaco, casi negro, en nariz muy aromática y compleja de moras, grosella, regaliz y especias donde la fruta madura se nota presente, una ligera tonalidad de vainilla. Esto es de Internet, mi resumen: es un vino con gran cuerpo y muy bien equilibrado.
Es habitual en la casa comenzar los aperitivos con un bombón helado (archifamoso el de ostras), en nuestro caso se presenta un similar “bombón de sandía”, refrescante, y unas vainas de sojas dispuestas en un pequeño puchero, cayeron todas.
Continuamos con “tartar de ventresca de jamón de toro” servido sobre tosta con unas pequeñas algas en forma de “mini esparrago verde” que adornaba la composición. La presentación, y lo que es más importante el producto y técnica, de 10. Muy bueno.
A continuación las “ortguillas fritas”, muy buen producto con, tal vez, exceso de rebozado, y “chipirones laqueados a mi manera” peculiar presentación acompañada por varios tipos de algo que mejoraban la propuesta.
Como platos principales nos decantamos por un clásico del local “bacalao negro de Alaska” con guarnición de arroz, bambú estofado, setas y algo más, sensacional, y como carne caza de la finca, corzo o gamo, no lo recuerdo, no fue lo mejor de la comida.
Conclusión: servicio cercano y atento, y un precio más que razonable para degustar la creatividad de la cocina de Fernando Limón.