Este fin de semana fui por segunda vez a Duna, y la verdad es que me volvió a impresionar. La primera vez que fui pedimos un arroz meloso de alcachofas y bogavante que estaba más que delicioso. Esta última, pedimos paella valenciana (pollo, conejo, verdura y caracoles)que nos dejó impresionados. El arroz en su punto perfecto, en las verduras se veía claramente que eran frescas y el toque de romero le añadía un sabor especial. Es cierto que la paella estaba aceitosa, pero en mi opinión esas son las mejores.
Como entrantes,probamos las puntillas. Para mi gusto, demasiado caras para lo que eran, pues no era un plato muy abundante ni tenían un sabor que las hiciera especiales. Las croquetas de jamón y los calamares me gustaron más, aunque el producto en sí tampoco vale lo que pone en la carta. También es verdad que pagas un precio adicional por el entorno, que es uno de los mejores factores que tiene el restaurante: a escasos metros del mar, rodeado de las dunas de El Saler. Para mí, un restaurante especial al que es muy recomendable ir un día soleado y tranquilo.
Con respecto al servicio, no tengo nada en contra. Camareros educados y correctos. Algo lento, pero supongo que fue a causa de toda la gente que había comiendo en el restaurante.