Un restaurante alejado del mundanal ruido

Situado en el bonito y pintoresco pueblo de casas pairales de Romanyà de La Selva, con una población de unos 250 habitantes, en pleno macizo de las Gavarres (Parque natural donde realizar innombrables rutas de senderismo) en el Baix Empordà, y ubicado en una antigua casa del pueblo del siglo XVII, se encuentra el restaurante Can Roquet.  Merece la pena mencionar que la Iglesia de Sant Marti, justo al lado del restaurante, es del siglo X, y puede visitarse pidiendo la llave en el restaurante. Haciendo muy pocos km, a pie o en coche se puede visitar el monumento megalítico de la Cova d'en Daina (Monumento nacional) que data de entre el 1700 y 2200 ADC. Si deseamos retornar a la "civilización" solo tendremos que hacer aproximadamente una decena de Km para llegar a Sant Feliu de Guixols o Llagostera...

Pero bueno, vamos a hablar un poco de lo que mas nos concierne en esta página web que es la gastronomía y de ello hay mucho que decir de este restaurante.

Primeramente que para visitar Can Roquet hay que tener la voluntad de hacerlo pues no se llega por casualidad. Los propietarios Donald de Ridder y Ken Van Roy, belgas flamencos,  en sus inicios no eran restauradores sino decoradores de interior, y eso se aprecia en el restaurante que está decorado con muchísimo gusto. Llegaron a Barcelona hace unos 20 años para trabajar como decoradores hasta que encontraron esta casa en Romanyà y decidieron cambiar de rumbo y crear el restaurante hace quince años. Ambos pues son autodidactas, el primero es el Chef y el segundo el jefe de sala. La cocina es de autor, catalana con distintas influencias de aquí y de allá, pero básicamente de producto de proximidad.  Poseen un plato en la guia Michelin.

Nos acompañaron en el descubrimiento de este restaurante, del que he visto que hay dos pequeñas reseñas en Verema del año 2011, nuestros amigos Jaume (Soc de Sitges) y Conxita, con los que tuvimos nuevamente el placer de compartir mesa.

Llegamos a las 20h30 y nos situaron en una pequeña sala con solamente cuatro mesas, todas completas. La nuestra, ubicada junto a la entrada, era grande y circular. Todas están bien separadas las unas de las otras, bien vestidas,  con buena vajilla y cubertería, buenas copas, si no recuerdo mal Riedel. El servicio de sala fue muy bueno, cercano y educado, muy amable y profesional. El servicio del vino fue también muy bueno, con explicación detallada a las preguntas que efectúo Jaume sobre ciertos vinos, pues lo nombramos responsable de la elección, presentación de la botella, descorche, primera cata y esmerado servicio durante toda la cena. No vi la carta pero me pareció bastante extensa.

No ofrecen menús, cenamos pues a la carta.
Para empezar nos trajeron unos aperitivos de Bunyols de ceps amb trompetes de la mort, crema de nyàmeres i una preparació amb caviar Buñuelos de Boletus edulis con trompetas de la muerte, crema de tupinambo y una preparación que no recuerdo exactamente coronada con caviar. Los tres muy buenos.

De entrantes tomamos :

Cruixent de peus de porc desossats amb vieires Crujiente de manitas de cerdo deshuesadas con vieiras. Conxita nos dijo que estaban riquisimos. Tenian una pinta...

Carpaccio d'escamarlans amb oli de crustacis Carpaccio de cigalas con aceite de crustáceos </b> Jaume lo encontró muy bueno.

2 Saltats de pinetells amb all i julivert 2 Salteados de niscalos con ajo y perejil . Este plato lo pedimos MC y yo y nos encantó. Una verdadera delicia.

Como segundos seguimos con :

Ales d'escrita sense espines amb olives i tomàquet Alas de raya sin espinas con olivas y tomates. Conxita la encontró muy rica.

Popets amb pinetells, ceba i carxofes Pulpitos con niscalos, cebolla y alcachofas.  Por lo que nos dijo Jaume, para repetir...

(Las fotos de los siguientes platos aparecerán en el primer comentario de la valoración debido a que Verema solo permite publicar 6 links de fotos directas en cada valoración)

Filet de llebre amb guarnició. Rable de liebre con guarnición. Para MC los filetes estaban un poco pasados de cocción, y fue una lástima porque uno de ellos estaba en su punto perfecto y estaba delicioso. A pesar de ello, un buen plato.

Estofat de senglar. Estofado de jabalí. Hacia muchos años que no lo comía, si tuviese que encontrar un pero, decir que tal vez le faltaba una pizca mas de sal. Muy rico.

Los panes que acompañaron la cena fueron muy buenos.

De postres tomamos :

Tiramisú " músic" ( mascarpone, moscatell, fruits secs i crumble de cafè).  Tiramisú "músic", (mascarpone, moscatel, frutos secos y crumble de café). A Conxita le encantó.

Gelat casolà de vainilla de Madagascar. Helado de la casa de vainilla de Madagascar. A Jaume, que es un buen conocedor de los helados de vainilla, le gustó mucho.

Tarteletes de fruita, (tarteletes, crema de llimona i fruita ). Tarteletas de fruta, ( tarteletas, crema de limón y fruta). MC lo encontró muy bueno.

Farcellets de poma al forn, ( saquets de pasta filo, farcits de crema, poma i canyella amb gelat de crema catalana). "Farcellets" de manzana al horno, (saquitos de pasta filo, rellenos de crema,  manzana y canela con helado de crema catalana). De 10. Me encantó.

Para beber tomamos una botella de agua Acquapanna de 1 l y una botella de vino blanco crianza Singulars Garnatxa Roja 2015 DO Empordà. Mas Llunes (Garriguella) Cepajes 100% Garnatxa Roja de viñas viejas de mas de 70 años plantadas en terrenos de pizarra. Fermentado al 70% en barrica de roble francés durante 5 meses. El color es dorado brillante con matices que pueden recordar un vino rosado. Muy equilibrado, fresco, potente, muy elegante y muy persistente. Su producción es de solamente 1303 botellas. Nos gustó a todos y acompaño perfectamente toda la cena.

Finalizamos con unos buenos cafés y petits fours.

La cuenta ascendió a 63,02 €/persona. Muy buena RCP.  Muy buena cocina de autor, que rinde homenaje a la cocina catalana, con productos de temporada, en su gran mayoría autóctonos y de proximidad. El entorno tanto interior como exterior es muy bueno y tienen además una magnifica terraza, con muy buenas vistas, en la que en primavera y verano debe ser  una gozada comer allí. Gran experiencia gastronómica y humana compartida con nuestros amigos Conxita y Jaume (Soc de Sitges).

Restaurante muy recomendable. Volveremos en cuanto se presente la ocasión. Hay que tener en cuenta que el restaurante cierra cada año de mediados de noviembre hasta finales de febrero.