Restaurante localizado en el hotel del mismo nombre. Situado en el piso que ocupa la recepción , al lado de la misma . Decoración clásica con profusión de madera , toda ella original del Castillo. Mesas amplias con mantelería, cristalería, vajilla y cubertería de buen nivel.
Tiene varias opciones y nos decantamos por el Menú Maria Eugenia .
Como aperitivo de la casa nos obsequiaron con :
.- Copita de porrusalda : Muy buena , con un toque dulce final que , pudiera ser debido al pimentón dulce. Digo pudiera porque sólo fué una impresión nuestra no contrastada con la cocinera.
.- Pulpo a la brasa sobre un cremoso de patata en una cucharita de cerámica : Impresionante. Mezcla de texturas y mezcla de sabores, preparando la patata muy suave para el sabor mas potente del pulpo.
.- Croqueta : Crujiente por fuera y melosa por dentro. Técnicamente perfecta y con un sabor suave.
Dos aceites de degustación : Uno de Alicante (Masi del Altet) y otro de variedad Picual de Jaén. Uno mas sueva y otro mas fuerte. Se combinaba con cuatro tipos de pan (blanco, cereales, tomate, pasas y nueces)
El menú consistió en :
.- Terrina de foie a la brasa mi cuit: Buen sabor con textura perfecta de foie. Se acompañó con gelatina de Martini (original y muy conseguido la conjunción de los sabores) con pan de naranja. La originalidad del plato, sin quitar protagonismo al foie , fue precisamente lo que lo acompañaba.
.- Arroz cremoso de hongos con muslitos de codorniz estofados: A nosotros el arroz nos gusta muy al punto. Tuvieron la gentileza de cumplir nuestro deseo y el arroz lo sirvieron al dente. Plato espectacular de sabor. El arroz muy bueno, los hongos también , pero los muslitos de codorniz y, sobre todo la reducción de los mismos, era superlativo. El sabor de esa reducción aparecía al final como retrogusto en cada cucharada. Plato pletórico de sabor.
.- Pescado del día : Rodaballo a la brasa sobre una especie de canelón relleno de verduritas con aceite de oliva. Demostración de cómo tratando como se debe de tratar una materia prima de calidad se logran resultados maravillosos para el paladar. Las corrientes modernas culinarias dirían que es un plato simple. No sé si lo es o no lo es. No tengo capacidad para poder opinar, pero lo que si sé es que cada bocado que comí de ese pescado , crujiente por fuera y prieto por dentro , tanto si lo tomaba solo , como si lo acompañaba de las verduritas cortadas en juliana era una autentico placer para el paladar. Disfruté en todos los bocados que tomé . del primero al ultimo.
.- Chuleta de carne roja deshuesada en taco : Si hablábamos de materia prima , aquí hay un ejemplo si cabe mayor. Lo acompañan con un salsa que no recuerdo de que era , y no lo recuerdo , porque para mi , esa carne hay que tomarla sola. Cocción perfecta, textura de mantequilla, sabor de grasa infiltrada , la cual al haberse cocinado a la temperatura idónea dotaba a la carne de ese sabor que te hace soñar y que te llena la boca sin empalagar. Carne maravillosa
.- Surtido de postres :
Torrija caramelizada, suave y melosa, punto justo de dulce.
Soufflé caliente de nueces y avellanas con canutillo de idiazábal . Muy bueno el soufflé , pero el queso idiazábal cremoso era sublime.
Dos chocolates trufa : Bocado delicado, sutil pero con sabor pleno. Me recordó a la sedosidad del Borgoña y a su fijación en las papilas
Sorbete de manzana verde : Refrescante. Acidez justa para provocar la sensación de frescor
Muy buen café.
Carta de vinos muy correcta con precios muy comedidos. Tienen referencias de mucho nivel y no se limitan a la Rioja o al Ribera. Servicio del vino correcto , pero deben, pueden y quieren mejorar y , sin dudad , lo harán. Esta un punto por debajo del resto de restaurante , quizás porque tampoco se les ha exigido. Estoy plenamente convencido después de haber hablado con ellos que ese punto lo superaran a no tardar. Dados los buenos de los precios de la carta se sube un grado la puntuación
Servicio en sala de mucho nivel. Igor ( así se llama el camarero que nos atendió) derrocha amabilidad , cercanía y ganas de agradar.
Restaurante grande. Grande en la concepción de la cocina , trabajando materias primas de primer nivel con el respeto que ellas se merecen. Domina la técnica de la cocina que ellos quieren hacer y no olvidan los detalles que enaltecen o pueden enaltecer todavía mas sus platos. Se busca la honradez , el sabor y el juego de texturas. Y lo logran. Sin dudad , en mi opinión lo logran. Es el complemento perfecto para el hotel. Juntos llegaran muy lejos. Los dos. Bases para logralo hay mas que de sobra.
Enorme cocina.
P.D Se me olvidaba decir que las raciones son muy grandes. Muy grandes de verdad.
El restaurante pertenece, o por lo menos pertenecía hasta hace unos años, al ex-futbolista del Atletic José Antonio Zaldua, que también regentaba en la zona de Urdaibai el Baserri Maitea (precioso lugar) y el Zaldua, paraiso de la chuleta a la brasa. Es raro que no hayas oído hablar de este hotel-restaurante siendo de Bilbao. Si vas, que lo disfrutes.
Por cierto, hace unos años se lo recomendé a mi jefe, y a nada estube de obtener un ascenso.
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