Vaya por delante que me declaro verdulero. Mis antepasados se ganaban la vida cultivando y vendiendo verduras. De esta forma, tanto la predisposición genética como diversos factores ambientales han contribuido en gran medida a que lo sea.
Con esta premisa resultaba casi obligatorio acudir como hicimos a cenar en Casa Lac durante nuestra estancia en Zaragoza.
Local sobradamente descrito con el comedor ubicado en el primer piso. Ambiente con poso de vetusto señorío. Se trata de una cuestión de estilos pero… creo que merecería la pena un repasito a temas como, por ejemplo, la iluminación nocturna, escasa y fría, que a mi entender, no contribuye a que el cliente se halle en una atmósfera atractiva y cálida.
A tope de aforo esa noche.
Estaba claro, fuimos al Menú Degustación de Verduras (44€) que consistió en:
Espárragos Blancos de Nuestra Finca. De buenas a primeras te meten la cabeza bajo tierra para que te empapes sin compasión de la esencia del producto que vas a degustar. Abocado.
Cebolleta Confitada al Chardonnay. Fina, delicada y con ese puntito dulzón que tanto me gusta. Grácil.
Milhojas de Patata con Codillo de Jamón y Borrajas. Suavidad marcada del tubérculo confitado bien contrastado con el fondo porcino que le daba una saturación alta al plato. Consistencia.
Ravioli Relleno de Puerro y Gambas. Una de mis verduras fetiche intentaba ligar, de forma poco convincente, con los crustáceos en un envoltorio de pasta tipo wonton con mayor densidad de la esperada y una salsa de cava como testigo. Inconveniencia.
Menestra de Verduras. Dominada por el verde de los guisantes y las habas sobre un fondo de fino puré y con unas alegres virutitas de jamón por encima. Adelante.
Penca de Acelga Rellena de Jamón. Las expectativas y el tosco rebozado tipo tempura me la jugaron. Ni siquiera fui capaz de apreciar convenientemente la velouté de hongos o la salsa holandesa dado el grosor y dominancia de la cobertura. Apechugar.
Corona de Alcachofas con Foie. El preparado fresco de la víscera encajaba a la perfección con la alcachofa. Además un poco de puerro por encima, elaborado de forma que le daba el toque crujiente al bocado, terminaba por redondear el conjunto. Desposados.
Pochas de Tudela. Acabamos con un ensalzamiento al producto, preparadas a la forma tradicional y acompañado de unas piparras jóvenes encurtidas. Finas y mantecosas sin rastro de pellejo alguno. Gustazo.
Como postre una Torrija de Vainilla Bourbon. Gruesa y con escaso empapado que compensaba un rico helado de vainilla. Fin.
Bebimos agua y vino, concretamente Juve y Camps Reserva Familia BN D.O. Cava ante la falta de nuestra primera opción, Veraton Alto Moncayo 2012 D.O. Campo de Borja y Contino Reserva 2009 D.O.Ca Rioja con correcto servicio y una cristalería algo castigada en alguno de sus elementos.
Resumiendo… salí contento aunque debo reconocer que llevaba en la cabeza una idea algo diferente, esperando una presentación del producto principal en la que destacara más su esencialidad para poder disfrutar de esta forma su genuina desnudez… por decirlo de alguna manera. Se me escapó ese anhelado elixir en algunos pases quedando, a mi juicio, eclipsada lo que debería ser la estrella del plato. Hay que reconocer el nivel del producto que manejan por lo que resulta perentorio visitar esta casa si eres como el que suscribe… un verdulero.
Nota: el precio reflejado es el del menú de verduras y la RCP reflejada en función del mismo.
Cebolleta Confitada al Chardonnay
Ravioli Relleno de Puerro y Gambas
Penca de Acelga Rellena de Jamón
Aun no siendo un gran verdulero... el menú me hubiera gustado. Por lo que describes, lástima los pequeños detalles del entorno y de la presentación del producto, pero bueno al final lo importante estaba en el plato ;-))
Un abrazo
Joan
Tienen producto, tiene local y buena situación, pero les falta "profundizar" en su cocina. Con eso y un poco de creer que el vino es importante para mucha gente (copas, servicio, actualización..) estaría como visita obligada para todos los visitantes y sobre todo "visitantas" tan adictas a la verdura sin procesar por ningún animalito.
Especialmente para cenas (un menú de verduras asegura una noche más tranquila).
En cualquier caso, merece la pena ir.
Saludos
Seguro Joan. Esas pequeñas cosas son las que pueden hacer dar un salto a la experiencia.
Un abrazo!
Acabo de apuntalar el fuerte y doblar la guardia en las torretas... pero creo que ni así.
Voy a ir desempolvando la pipa de la paz ;-)
Pues has hecho un perfecto análisis.
En lo único que discrepo es en lo de las "visitantas"... o es que tengo la excepción que confirma la regla en mi propia casa, una de dos... ja, ja, ja!!
Merece la pena la visita, desde luego... y que no te lo cuenten.
Un saludo!
A ver si se entera de que Dios hizo al hombre carnívoro, imagínate si además de las vacas los humanos también comiéramos césped, acabaríamos con la capa de ozono en cuatro días.
La excepción confirma la regla.
Saludos
Suerte la mía entonces ;-)
Un saludo!
Fernando, este post me ha encantado. Se describe los platos con precisión, la misma con la que cuentas lo que buscabas y no encontraste. Enhorabuena
Muchas gracias por tus palabras, Isaac.
A veces, la especie de desconcierto que sufro cuando no me van encajando las cosas respecto a lo previsto me descentra de lo que es la experiencia en sí. Benditos riesgos del directo ;-)
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