Visitamos este restaurante con motivo de la BCN Restaurant Week, iniciativa que, dada nuestra experiencia y la de algunos amigos míos en otros restaurantes adheridos a la misma, parece ser que consistió en una tomadura de pelo mayúscula para llenar los restaurantes la última semana de febrero (prolongada por el éxito de la demanada hasta la primera de marzo). Con la excusa de aportar 1 euro a la investigación de las patologías del corazón, uno podía comer un menú en restaurantes "caros" de la ciudad (algunos hasta con estrella michelín) por 25 euros (bebida aparte).
Restaurante grande, clásico, muy ruidoso (me sorprendió esto último). Aún así agradable y elegante, si no fuera por dos PANTALLAS DE TV!!! que todavía me pregunto que lumbrera colocó ahí. Era como darle una ostia a la decoración.
Pues bien, el menú de L'Oliana tenía la opción de elegir entre 3 primeros y 3 segundos.
Los Primeros que pedimos:
Garbanzos: Trendamente vulgares, llenos de pieles y de los baratos. Hechos casi una pasta. Impresentable.
Calçots rebozados: Normales. La salsa romesco muy normalilla, floja.
Segundos:
Calamar relleno: Muy flojo. Inapetecible y eso que es un plato que me encanta.
Entrecotte de ternera: Muy bueno. Tierno y sabroso. Lo único que no parecía de bar de menú barato.
Bebimos un Viña Alberdi entre 4 comensales y agua. 1 café.
Todo ello, 35 euros. Nos pareció francamente caro por la calidad que comimos y se supone que era una SUPEROPORTUNIDAD.
Además, en nuestro caso, nos cobraron los 25 euros + extras (acabó subiendo a 35 por cabeza) y luego nos trajeron una hucha para el "euro" de donación, cuando en principio debía estar incluido en el menú.
Me avergüenza que la hostelería de mi ciudad sea tan chusquera como para utilizar una iniciativa como esta para hacer "caja fácil" dando alpiste a la gente en lugar de esmerarse y ofrecer lo mejor de si misma para captar a clientela de cara al futuro. Por lo menos, en mi caso, no hicieron como en el Terrabacus, donde fueron unos amigos atraídos también por la promoción, y resulta que los metían a todos juntos en un salón separado, hacinados y con sillas plegables.
Me hizo mucha ilusión ver que algo se activaba en la restauración de Barcelona con la BCN Week Rest., pero ha resultado una estafa y reflejo de un empresariado de pésimo nivel i visión de negocio. Es probable que algunos de los restaurantes adheridos a la iniciativa hayan hecho las cosas bien, pero no ha sido el caso en ninguna de las visitas mía y de mis amistades.