Para cenas informales.

Cena informal de cinco amigos. Elegimos este restaurante por los comentarios positivos de Verema y por su estilo: hamburguesas y buen vino.
MIentras esperamos al tardón del grupo nos traen unas Altura de Vuelo y unas patatas paja con huevo y jamón (correctas).
Todos pedimos la hamburguesa con carne de Black Angus, algunos con pan normal y otros con pan de focaccia, que no triunfó. La carne está rica, poco hecha, como la he pedido. Casi parece un steak tartare en bocadillo. La acompaño de queso scamorza, foie, cebolla caramelizada y rúcula. La presentación es algo pobre, con unas patatas...

Para beber elegimos, primero, un Mestizaje y, tras caer éste, un Beryna. Nos los sirven a buena temperatura, con buenas copas. Se dan a probar y se dejan en la mesa, ¿para qué más?
En todo momento están pendientes de nosotros pero sin agobiar. Bien.

Postres. Flojos. Una panacotta, una tarta de queso con frutos rojos (no está mal) y una decepcionante tarta de chocolate con helado de vainilla y bourbon.
Cafés y cuenta.

Salimos contentos pero no como repetir en breve. En cualquier caso, vale la pena venir al menos una vez para comer buenas hamburguesas (huid del pan focaccia).