Como en casa

Siempre es un placer acercarte a un restaurante donde su única intención es hacerte disfrutar, en esta ocasión nos acercamos con unos clientes por u tema de negocios, y estuvimos hasta prácticamente la hora de poner esta critica, sin agobios, sin presiones, vamos el placer a tope.
Aparte de la tabla de aperitivos iniciales, con cerca de 8 experiencias (al no anotarlas, no las recuerdo), pasamos al menú degustación.
Tomates, salazón y sus huevas; Anchoa con remolacha y queso (flipante); Ajoblanco con sandia y coco; Espardeñas con asadillo manchego (platos fresquitos y muy de agradecer); ahora los platos de la tierra; Ropa vieja con el caldo del cocido; judías blancas con tocino a la brasa; Mero asado con albóndigas de pan y ajo (plato perfecto en materia prima y elaboración); Presa de Ibérico con peras de San Juan.
Postres: Pasión, vainilla y coco y un divertidísimo flan de caramelo, presentado en una esfera de caramelo como si fuera una perla gigante y dentro el flan, no de huevo, si no de vainilla y natural, gozadas de petit fours.
El vino: Asesorados por Jose Carlos, Venta de Don quijote, Sauvignon Blanc 2008; Blas Muñoz, Chardonay 2007; Pago Florentino 2007; Tokaji Aszú Disznbkö, 4 Puttonyos 01 (este si no lo llevo escrito, aquí ni lo pongo).
Además de los numerosos detalles, vinos y copas no cobradas, así como puros.
Remates con varios Gin de distintas ginebras.
El precio solo incluye el menú degustación.