Misión cumplida

Llevábamos ya casi un año con la intención de ir a esta “casa de comidas” tan galardonada, pero entre unas cosas y otras no ha podido ser hasta la semana pasada. Aparcamos frente a la puerta y la verdad es que nunca pensamos que el famoso restaurante El Bohío pudiera recibirnos con una fachada tan rústica, como si de un mesón más se tratara (nos llevamos la misma sorpresa que con Las Rejas). Cualquiera diría que dentro se encuentra el que puede ser unos de los tres mejores restaurantes de Castilla-La Mancha. Buena recepción por parte de Diego Rodríguez que nos acompañó hasta la mesa.

Estuvimos en la sala situada en la planta baja para unas 30-35 personas, partida en tres espacios separados por dos arcos. Mesas generosas en tamaño y bien separadas. Ambiente rústico, quizás demasiado espartano, aunque va por gustos. Nos colocaron en una mesa redonda y amplia junto a una de las ventanas con cristales emplomados, a través de los cuales se veía la frenética actividad de una legión de jóvenes cocineros en prácticas. Ese día Pepe Rodríguez se encontraba cumpliendo con sus compromisos de la televisión.

En general, atento servicio por parte del numeroso servicio de sala, aunque nos llamó la atención el que nadie pareció interesarse sobre cómo había ido la comida. Si he de destacar a alguien, ese fue el sumiller.

Buen servicio de pan: Rebanadas de un pan de pueblo genial y pan de aceite de muerte.

Oferta estacional según mercado con clara inspiración en la cocina castellano-manchega, aunque con elaboraciones y presentaciones actualizadas. Se compone de tres menús. Nosotros, en esta primera visita, nos inclinamos por el menú de temporada (49€ + IVA + 3.10€ de servicio).

Comida para tres personas:

- Snacks de bienvenida: Patatas con cochino, crujiente de wasabi y brandada de bacalao. Bien en conjunto, aunque destacó con luz propia las patatas con cochino (no pudimos reprimirnos y pedir repetir esta delicatessen tan campechana).

- Sopa de coliflor con arenque y maíz tostado: Delicada sopa bien acompañada de unos trocitos de arenque marinado. Además una especie de chip crujiente elaborado con maíz. Atrevido y resultón este plato. A lo tonto, este fue el plato que más comentamos y del que mejores recuerdos nos llevamos.

- Ropa vieja y el caldo del cocido: Una especie de rulo elaborado con las sobras de un cocido (carnes, garbanzos, patatas, etc.) y aderezado con una pizca de pimentón dulce. Resultón pero nos defraudó un poco. Potente de sabor pero nos pareció algo seca la preparación. Menos mal que los chupitos de un excelente caldo lo compensaba.

- Bacalao frito con jugo de adobo: Taco de bacalao grueso y bien frito, con gabardina fina y crujiente. El único problema que vimos es que el corazón del taco estaba literalmente frío y crudo. Se complicó mucho su degustación ante la dificultad de partirlo con la paleta del pescado.

- Cordero con picada de frutos secos: Rollo de carne de cordero asado en en horno. Tenemos que decir que estaba bastante jugoso y con buen sabor, pero esperábamos algo menos convencional. Se presentó sobre un pisto manchego algo sabroso en vez de los frutos secos.

- Callos tradicionales: Magníficas tapas de callos (esta vez elaborados y presentados sin vanguardismos) con el afortunado reposo de unos días para que ligue la salsa que proporcionan morros y patas. Nos ofrecieron repetir y cómo negarse ante semejante atención. Tengo que decir que las tapas de callos no se cobraron, aún cuando las pedimos durante la comanda, lo que dice mucho del buen hacer de esta casa.

- Postre de limón y yogurt: Aunque buenos los dos trocitos de una especie de bizcocho de limón con sorbete de yogurt, nos pareció un postre escaso y simplón. No creo que tenga la entidad de postre.

- Macarrons de café y trufas como detalles de la casa en la sobremesa.

En la sobremesa nos ofrecieron un café o chupitos que no declinamos. Tomamos un orujo Lúa realmente rico.

Estupenda oferta de vinos presentada en varios libros. Ya desde el principio teníamos claro un vino de la zona por lo que el magnífico sumiller (José C. De La Fuente) nos dejó el correspondiente libro solo con vinos de Castilla-La Mancha. No eché siquiera un vistazo al resto de la oferta, pero me imagino que haría las delicias de cualquier entusiasta al vino. Precios dentro de lo razonable (x1.5). Nos decidimos por La Viña Escondida 2008 (41€+IVA), servido perfecto de temperatura y en buenas copas Schott. El sumiller siempre atento a rellenar las copas y atento a si todo iba bien.

Precio total: 227.21€ (incluido IVA, pan y servicio 3.10€ por persona, 2 botellas de agua grande, un refresco y la botella de vino).

Nota: El precio por persona indicado corresponde a la de una comida con el menú de temporada con IVA, servicio y sin bebidas.

  1. #21

    Anubis7

    en respuesta a lsierrar
    Ver mensaje de lsierrar

    buena reflexion...

  2. #22

    Andrés Blanco

    Son ya unos cuantos años de visita al que es uno de mis restaurantes preferidos.
    Siempre el menú degustación largo con una ropa vieja que por ser muy conocida procuro cambiar en el caso de acompañarme quien también la conoce.
    El garbanzo tiene una sequedad propia y tú mismo en tu comentario nos das la explicación a la concepción del plato tomando el caldo que hace de complemento y también de contrapunto de textura que lo engrandece.Si no se toma alternando caldo y ropa el plato queda desdibujado.
    Es una pena que no tuvieras suerte con el postre pues en este apartado y en mi opinión Pepe es un maestro a nivel nacional.
    En dos visitas ha coincidido que Pepe no estaba en la cocina pero no noté bajada de nivel aunque pudiera ser que que debido a los llenos sobre todo en fin de semana después de su alza mediática estuviera necesitado de más personal profesional .
    Saludos.

  3. #23

    lsierrar

    en respuesta a Andrés Blanco
    Ver mensaje de Andrés Blanco

    Gracias por tu comentario. Tu comentario sobre la ropa vieja es, por supuesto, oportuno. Sin embargo, lo que siempre se hace para que resulte el conjunto menos seco es pochar los restos del cocido con cebolla. No sé si lo hacen así o no.
    En cuanto a lo del postre, me pareció desafortunado esa especie de pre-postre. Lo siento, pero me pareció escasísimo, aún para un menú degustación (aunque reconozco que estaba bueno).
    En cuanto a las ausencias en la cocina, no te puedo llevar la contraria pues solo he estado una vez, por lo que no puedo comparar. Lo del taco de bacalao es un fallo en cocina de novatos.
    En resumen, mi nota media es de un 7.4, que es un notable. En mi primera visita, desde luego, no le puedo dar un sobresaliente. Demasiados peros como ya han dicho más arriba.

    Saludos y gracias

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