Cuando comer y beber bien van de la mano

Local situado en una zona meramente gastronómica y lúdica de la capital, de líneas modernas y discretas, comedores cómodos, diáfanos y amplios, con varios salones y reservados. Mesas bien separadas y sillas confortables en un salón principal con un ambiente agradable y silencioso.

La cocina es puramente de mercado, con una inspiración clásica sin renunciar a una modernidad bien entendida. Carta variada y con diferentes opciones. Como éramos un buen grupo (10 personas), se nos propuso un menú con varios entrantes, un pescado, una carne y un postre, a lo que finalmente accedimos. Después de degustar en barra un excelente "bellota" cortado por un artista con una soberbia salsa "tumaca", comenzamos con un tartar de bonito de categoria, puro sabor, con las especias y el marinado perfectamente medidos sin enmascarar el sabor del bonito. Seguimos con una anguila ahumada fresca y mínimamente tratada, con una espuma de sandía y erizo de mar que estaba francamente buena. El siguiente entrante consistió en un delicioso guiso de bogavante con alcachofitas, jugoso y muy bien conseguido, finalizando la tanda con un arrosellat de gamba roja al ali-oli de kiwi original e igualmente apetecible. La parte principal incluyó un lomo de salmonete perfectamente desespinado y en su punto idóneo y un cabrito en asado lento con un brick de morcilla y espuma de queso majorero realmente fantástico por su melosidad. De postre una golosa pannacota con frutas y unos petit-foirs muy originales y chispeantes. Lo cierto es que comimos muy bien, sin apenas altibajos, buena materia prima y más que correcta ejecución. Notable en este aspecto.

La carta de vinos es una de las mejores de Madrid, no tanto por la cantidad de contenidos como por la calidad de estos, ya que nuestros gustos sintonizan mucho con los de su sumiller, Mario García, uno de los mejores profesionales del país. Oferta equilibrada tanto en su parte nacional como en la foránea con un especial apartado de Champagnes profundizando en los de vigneron, con lo que prácticamente tenemos todas nuestras necesidades cubiertas. Precios variables, hay vinos a precio muy ajustado y otros no tanto, simplemente hay que gastar tiempo en leer la carta, algo que siempre recomendamos. Entre nuestras peticiones y las aportaciones de Mario bebimos de maravilla, comenzando en barra con las botas Nº18 y 24 (Fino Macharnudo y Fino Amontillado), y ya en mesa con un Champagne Cuvée Femme 1996 de Duval-Leroy pleno de fuerza y equilibrio, un delicioso Dönnhoff Kahlenberg Riesling Trocken 2007, un maduro y señorial Alvarinho Dorado Superior 2001, un delineado y portentoso Roulot Meursault Les Luchets 2007, la fantástica garnacha de Gredos Peña Caballera 2009, el siempre original Goliardo Espadeiro 2009 en magnum, un potente Kracher Sine qua Non californiano y finalizando por el elixir de la eterna juventud, un JJ Prüm Wehlener Sonnenuhr Auslese 2002. Vinos servidos en varios tipos de copas (había casi 100 en la mesa al final de la comida) y perfectos de temperatura. Cuidada oferta de destilados. Servicio profesional y sin fallos, siempre amables.

Pues un magnífico restaurante Piñera, un lugar donde cobra especial importancia tanto comer como beber bien, con una cocina de mercado sin sorpresas pero magníficamente ejecutada y una de las mejores selecciones de vino que podemos disfrutar en Madrid, a cargo de un excelente profesional. El precio medio a la carta es de unos 60 euros sin vinos, algo que no nos parece especialmente caro para la calidad de lo que recibimos. Volveremos, ya que hablamos de una de las direcciones imprescindibles en Madrid si se quiere comer y beber a un alto nivel.

  1. #1

    ramico

    Tremenda la carta de espumosos franceses de pequeños productores, la mejor de Madrid de largo.

  2. #2

    Gondorff

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    Tampoco está nada mal la de Taberneros.

  3. #3

    EuSaenz

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    Sí, y además Mario controla mucho del tema. Un lugar perfecto para disfrutar del Champagne, ya te contaré ha salvaje cata que hicimos antes de la comida...

    Saludos,
    Eugenio.

    PS: ¿Qué haces escribiendo a las 2:09 am?

  4. #4

    EuSaenz

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    Tampoco, pero las mejores son las de Piñera y El Padre, ambas con una completísima oferta.

    Saludos,
    Eugenio.

  5. #5

    Gondorff

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    En El Padre todavía todavía no hemos estado, ya que he encontrado diversidad de opiniones de gente que conozco y de la que me fío con respecto a este sitio. Tendré que ir y así podré opinar mejor. De todas formas, me estoy pirando a Santander el finde y pretendo unir a la siempre obligada visita a La Cigaleña, una a Las Piscinas. No lo conocemos y vuestras críticas me han puesto los dientes largos. Por cierto, en Santander imagino que conocerás la barra del Bar del Puerto y sus inmejorables croquetas.

  6. #6

    EuSaenz

    en respuesta a Gondorff
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    Un clásico el Bar del Puerto. Si vas a Las Piscinas, dale recuerdos a Fonso de parte de Eugenio. No dejes de probar el escabeche de bonito, los perrchicos, los huevos con foie y la carne. Y déjate asesorar en el asunto vino.

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