Pequeño restaurante tipo bistrot. Mesas algo juntas en alguna zona y

Pequeño restaurante tipo bistrot. Mesas algo juntas en alguna zona y alguna silla muy en zona de paso. En general entorno agradable y gente guapa. Para amenizar espera: arbequinas, tapenade, picada de tomate y aceite virgen. Comida con buena materia prima. Destacar entre los entrantes las croquetas de jamón, o las angulas de monte (ración escasa) y entre los segundos un plato que llaman 3 atunes (sashimi, tartar y tronco con sésamo en salsa de soja), delicioso en todos los sentidos, y un buen solomillo de ciervo. Postre absolutamente olvidable. Un pero, precio aparte: había más cosas fuera de carta que en la propia carta. Aceptable servicio del vino (aunque en nuestra mesa había copas de dos vajillas) y muy buena sugerencia para maridar con lo que pedimos: Crozes-Hermitage Les meysonniers 2005 a 22 Euros ( x 2 sobre tienda)buen syrah del Ródano que acompañó estupendamente. Interesante carta de vinos especialmente los franceses que se imponen en numero a los nacionales. A destacar la amabilidad de la jefa de sala. Tomamos copa y café para sobremesa y salió a 50 Euros por barba el total de la noche. Resumen: algo caro pero rato agradable, es posible que repita en algún momento.

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