Un ejemplo para muchos...

Muchos restaurantes en Madrid deberían seguir la línea de Lafayette.Materia prima excelente,cocina clásica francesa con algùn toque de modernidad y algún guiño de fusión,servicio amabilísimo y muy eficaz,bodega deslumbrante y todo ello a unos PRECIOS inigualables en los tiempos que corren.

Los artífices de que Lafayette tenga ya(por fin)un nombre en la restauración madrileña son Sebastian Leparoux y Vincent Hubert.El primero,un gran jefe de sala y un excepcional sumiller,el segundo un pastelero de oficio que se ha convertido en un cocinero de altura.

La sala,pequeña(apenas siete mesas) pero decorada con mucho gusto,clásica sin caer en barroquismos.
La mesa muy bien vestida,con unas preciosas copas Bormioli.

Cena para cuatro.Para empezar dos aperitivos para cada comensal:mantequilla francesa con pan y una crema caliente muy reconfortante.

Siguiendo las recomendaciones de Sebastian,tomamos unas ostras de Normandía,muy suaves y delicadas.Dos por comensal.Como todos los entrantes,vienen en platos individuales y te cobran el precio de una ración.

Continuamos,con un carpaccio de langostino marinado a la mostaza antigua.Un clásico de la casa.Un plato barroco en presentación pero que convence por la excelente materia prima y el toque original de la mostaza.

Como platos principales optamos por dos corvinas a la plancha para la parte femenina de la mesa.Medallones de rape con rissotto de colmenillas y una presa ibérica con lombarda para nosotros.
El punto de los pescados perfectos,la carne tersa,sabrosa,magnífica.En cuanto a las cantidades,propias de otra época.Por ejemplo,la presa ibérica aparece en el plato en dos enormes(y digo enormes) piezas junto con un baul con tapa en el que se esconde la lombarda.Menos mal que tengo buen saque...

Los postres,una excelente tarta de limón merengada y una tarta tatín con helado de crema,un poco pesada para mí gusto.

Poseen varios tipos de pan,todos buenísimos,destacando el de cerveza.

Mención aparte merece el servicio,la bodega y el servicio del vino.El servicio de mesa,cercano y eficaz.Y es el momento de hablar del gran Sebastian Leparoux.Personaje interesantísimo.dirige la sala con una profesionalidad y una cercanía(con un acento francés muy divertido) que hace sentir al comensal como en su casa.,
Tomamos cuatro copas de champagne Gimmonet-Gonet.Luego le pedimos que nos aconsejara un vino blanco.La carta la tiene ordenada por precios,con joyas sobre todo francesas a precios muy competitivos.Directamente nos preguntó cual era nuestro presupuesto y le dijimos que sobre 35 E(creemos que por ese precio se pueden probar excelentes vinos).Nos trajo un chardonnay de Borgoña de la zona de Clessé,un Quintaine 2007 Macon-Village.Complejo,intenso,con cuerpo,diferente...¡BUENISIMO!.Nos lo decantó y lo sirvió a temperatura ambiente,huyendo de enfriarlo.
Para la carne,por copas me ofreció un vino del Ródano,combinación de garnacha y Syrah del que,perdonádme,no recuerdo el nombre.Me gustó pero que quedó eclipsado por el maravilloso Borgoña.

Todo esto por 59 E por cabeza.Precios incomparables.

En definitiva,aunque es díficil de encontrar si no tiras de Gps,en Lafayette se disfruta de una experiencia gastronómica de altura con una relación calidad-precio sin rival en Madrid y alrededores.

Continuamos

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