Comprobamos en esta segunda visita a este interesante restaurante que sigue manteniendo el más que aceptable nivel de la primera vez. El menú degustación ha cambiado en cuando a su composición (creo que lo hacen cada muy poco tiempo). Fue el siguiente: tempura de langostino, milhojas de idiazabal, tomate y albahaca, ensalada de cordero con couscus de brocolí, taco de bacalao sobre torrija de hongos, lomo de lubina, solomillo con foie sobre salsa de vino y dos postres, ambos a base de helados y muoses. A destacar la ensalada de cordero y el taco de bacalo, que merecerían calificar con un 4 ó 4,5 el nivel de la cocina. El resto de los platos son más que aceptables, pero se quedan por debajo y, por tanto, bien puntuados con un 3. Los postres algo flojos comparados con los de la anterior visita. Sobre el vino, aspecto fácilmente mejorable a nada que se lo propusieran, todo igual que la vez anterior. Volveremos otra vez, pues por lo que se paga no se puede encontrar nada mejor.