Comimos entre vins

Nueva cita del grupo de perjudicados por el Noma y esta vez elegimos un maridaje y un menú pactado con anterioridad. Un acierto.
Local ya descrito pero que tuvimos la suerte de que no estaba lleno y nos permitió estar solos en la parte más interior, rodeados de buenos caldos. Bien el tema de decoración (la mejor, botellas de vino y champagne para comer "entre vins"), cubiertos, cristalería, cambio de platos y copas adecuadas a cada vino, rapidez de servicio... No miré carta de comidas ni de vinos (estaba todo pactado) pero la verdad es que con Guillaume, es mejor dejarte aconsejar sobre todo en vinos y especialmente en no españoles.

Unas cervezas y un par de platos de jamon más una copa de Fragas do Lecer 2011 interesante a buena temperatura. Empezar sin los habituales verdejos ya es un buen indicador del restaurante.

Por supuesto hubo pan y algunos hasta repitieron aunque no era nada significativo. También agua sin gas nada especial.

De entrantes:
. Gazpacho muy fino y elegante, servido en copa y con una gamba alistada de buen tamaño y sabor con poca cocción como debe ser.
. Tataki de atún con guacamole y vinagreta de remolacha: tres buenos trozos de atun pero que estaban algo flojos de sabor, el guacamole no lo potenciaba y la vinagreta, curiosa, se le apoderaba del todo.
Ambos platos se acompañaron con una gran entrada: Champagne Rosé Extra Brut Larmandier-Bernier Rosé de Saignée, base 2009, muy seco, muy perfumado, muy interesante y perfecto con la comida.

Del mar:
. calamar playa plancha con humus y meta. Bien la compañía aunque esta vez el calamar estaba un poco duro; mala suerte porque eso no depende de cocina. Bien de sabor y la guarnición se acoplaba bien.
. Lomo de corvina al horno, con sofrito de tomate valenciano, judias verdes y jugo de marisco: la corvina muy buena, incluida la piel, y el sofrito muy fino le complementaba bien.
Ambos platos se regaron con Meursault 2008, Bitouzet Prieur. Me pareció extraordinario en nariz y en boca, con una elegancia fuera de lo común.

De la tierra:
. Chuleta de vaca vieja a la brasa madurada durante 40 dias. Una carne poderosa, muy bien de sabor, hecha al punto (no se preguntó), con su parte de grasa jugosa y bien hecha, para compartir entre tres y que no sobró.
. Rematamos con queso: un Comté affiné despasito au fort St. Antoine durante 14 meses que tiene un buen sabor y buen puto de maduración.
Se acompañaron con un tinto de San Martín de Valdeiglesias 2011, Peña caballera de Marañones que aun siendo garnacha hubiera pasado casi por Pinot Noir. Hubo quien hubiera preferido más contundencia por el poder de la carne.

En los postres:
. Piña colada: buena en su profundidad, pero con exceso de espuma en superficie.
. Choco-Blas: 3 texturas de chocolates con aceite de oliva y sal. Original y agradables.
Se acompañaron de Rheinheissen Riesling Auslese 1999, Schneider que porque ya era tarde pero se hubiera merecido una continuidad por su finura de dulzor.

La parte de la comida estuvo bien con agradable sorpresa de una carne muy sabrosa y que sorprendió por no ser (para mí) un restaurante especializado en carnes. En los pescados algún altibajo. Los postres cumplieron y el queso los mejoró.

Muy destacable el tema de los vinos: la elegancia de todos los caldos (incluido el aperitivo del blanco de Monterrei) desde el Rosé, pasando por el mejor para mi gusto, el blanco Meursault, la poco conocida garnacha madrileña de San Martín y por el riesling dulce. También muy detallada explicación de cada uno de ellos que te permite aprender y da un plus de disfrute a la comida.
Con razón le gusta tanto a MigueCris, que puede discutirle con buen conocimiento sobre todo de los franceses.

Recomendado por 3 usuarios
  1. #1

    JaviValencia

    Gran crónica Diego. Parece que Entrevins esta dando mucho que hablar últimamente, algo que me alegra.

    Saludos

  2. #2

    Abreunvinito

    en respuesta a JaviValencia
    Ver mensaje de JaviValencia

    La verdad es que los vinos lo hace muy bien. En la comida me sorprendió el tema carne a pesar de algunos comentarios ya vertidos en la misma línea de calidad.
    Se me habia olvidado unos chupitos de Calvados en botella magnum de Pays d´Auge.
    Muy a tener en cuenta.
    Saludos

  3. #3

    miguecris

    Para nosotros, como ya te dijimos, Entrevins es un restaurante necesario. No podemos pasar un tiempo sin ir... Con Guillaume no se puede discutir,es una gozada entrar en el local y que alguien te diga: " Por favor, no elijáis el vino, dejadme a mí", sabiendo que siempre nos va a sorprender. Si además durante la cena te comenta el hotelito que tiene Selosse...
    Podríamos organizar la cena que tenemos pendiente ahí! julio es un buen mes.
    Como siempre, me encanta el comentario, respira gozo por la vida...

  4. #4

    Abreunvinito

    en respuesta a miguecris
    Ver mensaje de miguecris

    Julio es más complicado ya que suelo estar fuera a dormir. También hay que dejar un poco de reposo a las transaminasas.

    Te propongo algo más interesante y complicado: en invierno mañanas de ski en alpes, tardes de spa en hotel, cena con blancos alemanes y austriacos y algún tinto de borgoña para los quesos de postre (no sé de todo ésto que es lo que más te gusta). De ahí para abajo acepto cualquier propuesta.

  5. #5

    Abreunvinito

    Había traspapelado el dato del precio: salimos a 75€ por lo que la relación C/P la pondría como muy buena

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