Esto se hunde

¡Cuanto daño está haciendo la "creatividad"! Ni fondas, ni masias, ni castillos. Se pierde la identidad en pos de una cocina efectista, estética, escasa, elitista y, seguramente, muy rentable, a tenor de las míseras raciones que se ofrecen en los lugares creativos.
Acudimos a la fonda Xesc con la ilusión de encontrar restos de esa cocina catalana rural, sabores intensos, raciones generosas, productos ultra locales. Pues no, la fonda se ha sumado al carro creativo y, que puedo decir, más de lo mismo de cientos de lugares que hacen alta cocina/franquicia.
Enmedio de platos aceptables, cuando llega el entrecotte, donde no vale ni creatividad ni cuento, lo sirven duro como un zapato. Igual no nos entendieron en el punto de cocción, pero estaba incomible. El cordero cocido a baja temperatura (otro plato que lo hay en 1000 sitios) estaba muy bueno, pero no aportó nada a nuestra cultura gastronómica.
¿Dónde habrá que ir para comer unas judías del ganxet, un mar i muntanya, un arrós de botifarra, etc? Las fondas se hunden, y pierden identidad.

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