Bueno... diréis que no paro, pero este lugar tiene cierto encanto para mi. Lo primero que me llamó la atención para decidirme a entrar a él (hace ya un par de años), fue su nombre "VINO MÍO". La carta de vinos es buena, pero clásica y escasa. De todas formas, al ser un local en el que cocina y comedor están unidos, no se pueden apreciar claramente las propiedades del vino (aroma y sabor, sobre todo). La comida sí que me convence: innovadora y original en la carta, y con sugerencias que van cambiando cada día, anotadas en su pizarra (aquí he podido probar el cocodrilo y... os lo recomiendo!!).
Es un sitio algo bullicioso pero con encanto, y si no os apetece sentaros a comer, también tiene tapas para degustar en sus mesitas altas.
Abre a diario de 13.00 a 1.00 y al mediodía además de la carta, tiene menú.
Ya me contaréis!!
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