Gran decepción. Local no solo desangelado, sino dejado de la mano de Dios

Gran decepción. Local no solo desangelado, sino dejado de la mano de Dios. El servicio muy amable y correcto, claro que eramos los únicos clientes . NOs aconsejaron algún que otro plato que nos dejó perplejos por la poca cantidad, así como por la baja elaboración. En concreto flor de calabaza a la no se qué rimbombsante resultó ser un calabacín con queso gratinado. La carta de vinos era corta pero especializada en Mexico, así como las cervezas. No lo recomiendo, la broma fueron 21 euros por cabeza.

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