Los esfuerzos que hacen los hermanos Abellán no llegan al punto deseado. Ni su "nueva tradición" ni el clásico consiguen superar la línea de flotación que merecen los tiempos. Una pena por el trabajo, infructuoso. Hoy en día hay que cuidar al cliente, y en Hispano poco a poco se van quedando más solos.