Valoración lo más objetiva posible.

Hola amigos. Hoy me desplacé, llevada por mi marido, originario de la zona, a este restaurante tan renombrado, al cual acudieron cocineros tan renombrados como Ferran Adrià.
Intentaré hacer una valoración lo más objetiva y justa, siendo lo más sincera en todo lo que vivimos y degustamos.
Para empezar, la comida, sublime, el arroz con conejo y caracoles, que era para lo cual nos habíamos desplazado 80 km, una exquisitez. Aroma a leña, caracoles con olor a hierbas de campo, punto de cocción ideal, rotundo, perfecto. He de decir que los dos somos muy "arroceros", vivimos en Valencia durante años, y suelo cocinarlo, asi como mi padre, un maestro del arroz.
Tengo que decir que nos desplazamos lo que haga falta si el local merece la pena, pero no sólo a templos como éste, sino a lugares humildes perdidos(que los hay) a 15 euros por barba cuando sabemos de un arroz bien hecho. A lo que íba.
Tanto los entrantes: uno no pedido: mojama, almendras, tostadita de queso y el pan tostado, con salsas diversas aparte (tomate, una especie tártara, y otra blanca especie de alioli no muy fuerte) como los pedidos, fueron excelentes. No sé si cobrado el primero, pero no abultó mucho la cuenta (84 euros en total) y los pedidos: conejo con ajetes (excelente) caracoles asados (bocato di cardinale), también muy buenos.
Llega el arroz, muy bien presentado y ya digo, perfecto en olores, sabores, punto de cocción. El mejor que haya comido? Tal vez si.

Trato del dueño-chef. Siento mucho decir que decepcionante. Una lástima, pues no corresponde con la categoría de su producto. Llegamos, todo ilusionados, sobre todo mi marido, que quería homenajearme en mi cumpleaños. Le digo al dueño, que si en ese local se podía fumar. Pregunta incorrecta en hostelería pues siempre piensan que el que pregunta es un fumador empedernido y así me dijo: "No se preocupe, se puede fumar sin problemas". Mi deseo era todo lo contrario. No soy fumadora, es más le digo que tengo una enfermedad pulmonar, lo cual es cierto, y que si tiene sala para no fumadores o al menos darme una solución. Me dice que lo siente, pero es lo que hay.
Mi incredulidad, decepción no tienen límites. Mi marido, incómodo, y yo no quería chafarle su ilusión y más que nos habíamos desplazado a posta hasta allí....
Es decir, el dueño me vino a decir que o lo tomaba o lo dejaba. Con esa respuesta tan tajante, tan fría, deduje que no le faltaban clientes, y así lo pude comprobar después...

Le contesto, decepcionada, y con dirección a una mesa. "Pues nada, habrá que aguantar"
El dicho Paco, viendo que nos habíamos avenido a bien, y que no le había causado más polémica por la razón que he apuntado antes, dice:
"Bueno, viniendo a esta hora que han venido, (eran las dos menos diez), lo más seguro les dé tiempo a terminar sin tener que encontrarse con humo"

Y la verdad es que nos sirvieron rápido y no tuvimos que soportar ningún humo mientras degustábamos el arroz. He leído aquí a uno que dice que tuvo que soportar la mirada ansiosa del dueño porque pagaran cuanto antes. Y esto es verdad que también nos pasó a nosotros!!! Creía que había sido una impresión mía, una susceptibilidad mía. Pero no, a raiz del encontronazo del principio ya resultábamos unos clientes molestos. Y tan rápido fue la cuenta que ni nos trajo la factura detallada, sólo el comprobante de haber pagado con la tarjeta. La primera vez en mi vida que pago un restaurante sin presentarme factura detallada. No obstante, como recordábamos los precios de todo, y con el vino incluido, un Sequé muy bueno, nos pareció justo la relación calidad-precio. No así el trato del chef-dueño. Correcto, eso sí, atento a lo que faltaba, a si se acababa esto o lo otro, aunque frío y ya digo, soberbio y falto de humildad por el incidente del principio.

Y digo que clientes no le faltaban, y además, como dice otro de aquí. A aquel lugar de secano, perdido entre tierras de fronteras, no viene gente de medio pelo ni turistas.

Jeje...A la salida vimos un ferrari rojo y otros coches del estilo. Otro futuro cliente nos preguntó que donde estaba el restaurante del tal Paco Gandía, etc
En fin, clientela no le falta tal como yo sospechaba por esa actitud del dueño de " O lo tomas o lo dejas".
Paco, más humildad y más profesionalidad-humanidad con el cliente. Además, tú puedes permitirte abrir una sala para no fumadores.

Si vuelvo a ese pueblo, probaré el que recomienda uno de aquí, el del enfrente del ayuntamiento o el de una aldea cercana, humilde pero más auténtico y cercano.
Y más que nada por el trato del dueño. No pago esa cantidad para ese trato por muy buena que sea la comida. Pero ya os digo, que sí he ido más de una vez a otro restaurante muy cercano a mi casa, que también hace arroz estilo Pinoso (creo que el cocinero es de allí) con sarmientos de allí (ves la cocina desde el salón) y no se queda corto en cuanto a calidad, y además, nos tratan de maravilla. El pan, asado en el horno que te ponen con la pulpa de tomate aparte, es incluso mejor!!.

En fin, quería compartir con vosotros mi experiencia gastronómica. 42 euros por persona, con café incluido, (sin postre).

  1. #1

    Juaneuge

    Podrias indicarme ese restaurante de paellas que comentas , ya que en valencia no existen tantos que hagan bien las paellas.

  2. #2

    Jeronimo

    Pues para ser la primera y después de la mala experiencia con el “dueño” me parece muy objetiva.
    Te felicito

  3. #4

    Escoffier Femme

    en respuesta a Juaneuge
    Ver mensaje de Juaneuge

    Hola, no he podido entrar antes pues he tenido problemas con el nick y la contraseña (espero no seguir teniéndolos)
    El restaurante al que suelo ir, que hace arroz tipo Pinoso, está en las afueras de Murcia, no en Valencia.
    De Valencia me gustó mucho en su día por su enclave y la calidad de la paella "L'estany" (creo que es el mismo que Casa Salvador) en Cullera, al lado de un estanque. Es carillo pero merece la pena ir alguna vez.
    Y luego en la Malavarrosa, están los consabidos y que no recomiendo ya que se lo creen ya mucho y he visto una degeneración en el servicio y una subida en los precios por tanto turismo, dispuestos a pagar lo que sea aunque el trato no sea profesional.
    De todas formas, en esa zona, íba a una que se llamaba "La luna de Valencia" o "A la luna de Valencia", que no era tan caro como los que están en la zona de la Pepica.
    Y luego en la zona de Pinedo (que no es muy turística) y en el Perelló. Allí probé una caldereta que nunca olvidaré.

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