Culto al mar y a las brasas

Le teníamos muchas ganas a este clásico guipuzcuano que acaba de cumplir 50 años de cocina tradicional. No fue fácil elegir entre Elkano y el Kaia-Kaipe, pero las estupendas vistas al puerto de Getaria hizo que nos decantáramos por el segundo. Además todo el mundo resalta el trato familiar y afable de su servicio (¿?).

Aquí se rinde culto al mar y sus productos de temporada, como no podía ser de otra manera. Reservamos unos 10 días antes sin saber que realmente son dos restaurantes en uno: abajo, más informal con ambiente de taberna y con terraza verano/invierno (Kaipe); y arriba, con el comedor principal de ambiente más clásico con motivos marineros (Kaia). Por lo que he visto en su web, han inaugurado un nuevo comedor privado muy discreto y elegante. Afortunadamente y sin preguntar, nos reservaron mesa en el comedor del Kaia y además junto al ventanal desde las que se puede disfrutar de las vistas al puerto (a esas horas con mucho movimiento) y a la Isla de San Antón .

Servicio en la misma línea de siempre: muy profesional y caras demasiado serias. La camarera que nos atendió, al menos, muy amable. Nos tomó nota una señora ya muy entrada en años que debe ser la "ama" del restaurante (seriedad ante todo). Pues como pasó en el Rekondo unos días antes, ni se les pasa por la cabeza por romper el hielo ofrecernos un aperitivo.

Un único pan blanco muy rico. De aperitivo de la casa, un taquito de atún marinado.

Comida para tres:

- 1 y 1/2 de Pimientos del piquillo rellenos de centolla: Riquísimos. Sin salsas ni leches en bote. Naturalidad y generosidad en el relleno.

- 1 y 1/2 de Txipirones: Magníficos ya casi calamares. Los pedimos a la parrilla y resultaron de vértigo: limpios y sabrosos. ¡Qué ricos!

De segundo:

- Merluza a la Vasca: Plato tradicional que no podía fallar. Se presentó la cola de una merluza fresca, fresca. Carne tersa y delicada. Magnífica y suave salsa. Unas señoras almejas de acompañamiento. ¿Qué más se puede pedir?

- Rodaballo a la parrilla (68€ kilo + IVA): No podíamos fallar y mi chaval y yo nos decantamos por uno de los reyes del mar. Pedimos no quedarnos con hambre y nos presentaron, ya cocinado, una pieza de 1.4 kilos bestial, con una salsa muy ligera a base de aceite y vinagre de sidra (no se aprecia ajo). Perfecto el punto del pescado. Carne de lo más delicada del mundo: blanca, hojosa pero firme. En fin, una maravilla.

De postre:

- Pantxineta: Sigo con la idea de seguir probando todo aquello que ha encumbrado la gastronomía tradicional del País Vasco. Postre típico, típico. El mejor que he probado en décadas. Recién hecho pero presentado a temperatura moderada: hojaldre delicado y crujiente, relleno de crema pastelera, fluida y con sabor (para nada frecuente hoy en día).

En la sobremesa y con un café, tres mini-madalenas riquísimas con claro sabor a almendra. Al ver nuestra cara de satisfacción, volvieron a servirnos otras tres.

Impresionante carta de vinos. Lógicamente, mucho riojano pero la presencia de vinos internacionales no es despreciable. Precios para nada abusivos. El servicio lo llevó la camarera (descorche y a correr). Lo tenía claro ese día que tenía que ser un blanco riojano; pedí Viña Tondonia Reserva 2002 (33.50€ + IVA), servicio perfecto de temperatura y con copas Schott Diva.

Precio total: 252.56€ (inc IVA, servicio de pan a 2€, vino, café a 2€ y botella de agua de 1 litro a 3.80€)

Nota 1: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría un entrante, un segundo (olvidándose de besugo y rodaballo) y un postre, con IVA, servicio y sin bebidas.

Nota 2: ¿No sería más correcto presentar el pescado antes de cocinarlo y esperar la aprobación del cliente?

  1. #1

    Obiwan Ferran

    Menudos homenajes que te has dado estos días por Euskadi, amigo! Yo, como siempre, ya tengo ganas de ir a pasar unos días por la zona, y ese Kaia Kaipe es uno de los restaurantes que tengo en la lista. Saludos!

    Ferran

  2. #2

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    Pues aprovecha la ocasión y visitalo. A propósito, creo recordar que os gusta dar paseos. No perdáis a 5 minutos de Getaria, ir a Zumaia y visitar su geoparque máritmo. Una gozada para la vista.

    Saludos

  3. #3

    Jansolo

    Menuda envidia el paseo que te has dado por ahi arriba!!!
    Saludos.

  4. #4

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    Nada, nada. Desde Valencia unas horitas y te das el capricho

  5. #5

    oscar4435

    servicio amable ?¿ , pues si esta bien que te enseñen el pescado antes

  6. #6

    EuSaenz

    Otra carta de vinos excepcional, en especial de Champagne, con unas de las mejores ofertas que hay en España. Y también bastante Rioja viejo…deberías haber aprovechado, más que nada porque el Tondonia se ve en muchos más sitios. El rodaballo no está caro para lo que se estila por la zona…

    Saludos,
    Eugenio.

  7. #7

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    He debido de tener el gafe durante ese fin de semana. No estaba el sumiller y nos hizo el servicio de vino la propia camarera. Para otra vez te llamo y te pido consejo, ja, ja

    Saludos

  8. #8

    EuSaenz

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    Jaja, ya sabes que si puedo atenderte lo hago sin problemas, de este sitio me gusta que tienen la carta de vinos publicada en la web con precios y te puedes hacer una idea previa. Y la oferta de Champagnes es brutal.

    Saludos,
    Eugenio.

  9. #9

    Tantra84

    Me temo que la cara de funeral es una constante en la restauración vasca, algo que a mi modo de ver les resta clientes. Ahora, ya lo compensan ellos con las hostias en el agua, o como en este caso el Rodaballo.

    Enhorabuena por el disfrute, eso sí.

  10. #10

    Pablo Iñigo

    Buen homenaje esos días, si. Respecto a enseñar la pieza de pescado, las últimas 4 veces que he ido siempre me han mostrado antes la pieza. Estarían liados aunque es verdad que si falta Igor, el propietario y encargado de la sumillería se nota, sobre todo en el tema atención y servicio del vino. La bodega es fantástica, no es como Rekondo pero es muy buena y a precios bastante comedidos. Un saludo

  11. #11

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    Pues sí, creo que más que aconsejable es obligatorio enseñar el pescado, así se evitaría más de un problemilla. Pero bueno, en nuestro caso somos de comer y no sobró (si nos hubieran puesto uno de dos kilos hubiera caido igualmente, ja, ja).

    No conoczco a Igor pero debe ser el que compensa la falta de espíritu en sala. ¡Qué barbaridad!

    Saludos

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