Mas que discreto nuestro paso por el gamvik. Un poco lentos en el servicio de los platos pese a tener sólo 3 mesas ocupadas; acertada carta de vinos, pedimos un riesling frances de ´03 que se sirvio muy frio y en copas demasiado estrechas que no permitian su completo disfrute. El maitre demasiado bromista en cada servicio de plato, un poco cansino. Muy buenas las vieiras y demasiado cocinado el pescado de segundo, que le hacía perder algo de sabor.
Precio excesivo por la comida y aperitivos (que no pedimos). Carisimos los postres, con un fondant que se habia abierto antes de servirlo en la mesa: imperdonable.
El local es correcto pero como he leido anteriormente, es dificil fijarte en él al menos que vayas expresamente.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.