Calidad

Me lo había recomendado un amigo hace ya un tiempo y en temporada alta había intentado reservar una mesa en dos ocasiones, sin conseguirlo. De camino a Ávila al fin lo conseguí, y no me defraudó en absoluto.
Está ubicado en un pequeño pueblo de Palencia (Villoldo) en el que no hay muchos servicios, a poco kilómetro de Carrión. Lo primero que llama la atención es que está relativamente escondido. No hay ningún cartel en el propio edificio ni en los alrededores que indique que aquello es un Hotel-restaurante. Como si funcionara más por el boca a boca. Seguro que es buena señal.

El local del restaurante es amplio, de techos muy altos, con suficiente separación entre mesas para sentirse cómodo.
En la cocina priman los productos de calidad y eso se nota.
El servicio muy correcto. Se nota que hay mucho cliente habitual por el trato familiar a muchos de ellos. A los nuevos como nosotros, muy bien, sin ninguna queja.

Comimos una ensalada de alcachofas de Tudela fritas (18€) espectaculares. En su punto perfecto, con virutas de jamón que acababan de redondear la textura crujiente del plato. De las mejores alcachofas que he probado nunca.
Berenjena rellena de jamón ibérico y queso de cabra (15€). Muy muy rica. Una textura muy cremosa en un plato muy conseguido, y eso que no soy muy amigo de las berenjenas.

De segundos (todo fue para compartir entre dos personas) unos chipirones a la brasa con verduras y un alioli de azafrán (28€) espectaculares. Puro sabor. Un producto espectacular con el punto de brasa justo. Riquísimos de verdad.
1/2 ración de perdiz de campo guisada. Muy buena, bien trabajada, tierna y sabrosa, pero sin destacar muchísimo. El plato que menos me llamó la atención a pesar de que estaba muy rico (15€).

De postre helado de queso casero con infusión de frutos del bosque. Muy bueno (7€).

Pan, agua, cafés y Finca el Terrerazo 2006 para acompañar, abierto una hora antes de empezar a cenar. Muy bueno.

La vajilla es muy correcta y el servicio de copas bastante bueno. La carta de vinos es amplia a nivel nacional y escasa a nivel internacional. Mucha representación de las grandes DO y bien surtidas otras menos "grandes". Un poco cargados de precio la mayoría de los vinos, pero en general más que correcto.

Si vas a cenar, lo recomendable es quedarte a dormir en el Hotel, muy tranquilo, porque en el pueblo no hay muchas más opciones.
Seguro que volveré.

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