La fama tiene orígenes difíciles de comprender.

Entrar a una especie de tasca donde solo al rato alguien que parece "de la casa" se dirige hacia tí y desde la barra, ya produce cierto desasosiego. Luego en la barra tipo pescadería de mercado central, de cuando en cuando te miran y sólo entonces, tras varios intentos y gestos conspícuos adivinan que estás en la barra para algo y te ponen una cerveza bien tirada pero sin ninguna pregunta como: ¿alguna tapita? o la intención de poner algo acompañando al aperitivo. Entre la barra y una barandilla hay unb escaso medio metro por el que constantemente tiene que circular el personal, haciendo que ese rato sea incómodo. Tras unos minutos en ese espacio casi surrealista (sobre todo después de haber oido tanto nombrar el sitio) entramos en un salón con un ruido casi ensordecedor en el que la mesa dista de la pared por uno de los lados tan poco que las sillas apenas si se puefen deslizar, lleno de fotos grasosas en la pared (bueno, esto es parte del "sabor" del sitio, supongo). Por el otro lado, los comensales lindan con los de otra mesa contigua dispuesta de manera similar, "espalda con espalda" y, por ese breve espacio virtual han de pasar los camareros de nuestro salón....¡y de los otros salones!.

Así, el servicio del vino es....imposible.

El personal de mesas es "campechano" lo que puede resultar simpático pero no siempre. y menos en una primera vez...

En la mesa, al llegar, distribuidas unas chistorras "heladas" y unas banderillas de guindilla y aceituna muy penosas. El jamón muy bueno y perfectamente cortado.

El chuletón, realmente sobresaliente pero los platos para "hacertelo" no duraban mucho calientes. Sorprendentemente a la carne no la acompañaba nada. Bueno, si: un cuchillo.

El postre, tocino de cielo, no fué especialmente bueno pero no estaba mal, eso si. Con una sola ración había para tres personas.

No se: será que tienen mesas pequeñas en otros salones menos bulliciosos porque si no, no comprendo las ganas de ir a comer ahí. Si: la carne estaba buena pero eso no vale más de 60 € por barba. Bueno, tomamos un Muga que salvó la noche.

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