Buen sitio, pero precio elevado

Estuvimos el sábado por la noche, otra mesa con unas 8 personas y nosotros. El chalet/hotel está muy bien, y la vajilla, manteles y ambientación acompañan. Me gustó mucho el local (ojo, que es una casa vivieda y se nota, pero al menos de noche tiene encanto).

La carta, sin embargo, adolece de un grave problema, sólo plantea dos menús. Uno, creo recordar, de 37€, y otro de unos 52€. Ambos sin IVA, ni pan, ni bebida, ni te.

No hay nada más. No puedes pedir fuera de menú, y eso no me gusta.
Pedimos el menú clásico, que era el más barato. Los platos (me dejo alguno) eran:
Berevat: Crujiente de pichón y almendras
Hommos: Crema de garbanzos con sésamo
Mtabbal: Crema de berenjena con sésamo
Queso feta
Falafel: Croqueta de garbanzos
Mshat: Buñuelos de coliflor
Un salazón muy rico

Todo eran raciones de uno o dos mordiscos -para que nos hagamos una idea del tamaño-.
Luego brocheta de pollo y cordero con salsa de dátiles.

Sirve las mesas la mujer del cocinero, y entiendo que dueña, correctamente. No obstante, dos mesas eran mucho para que mantuviera el ritmo y se hizo muy lenta la cena. Además, nos sorprendió que pusiera mala cara cuando le preguntábamos qué era lo que nos servía en cada momento (algunos de los comensales aceptamos el menú casi sin leer, dado que sólo había dos posibilidades).

La comida, muy bien elaborada, hay que reconocerlo. Comida libanesa tradicional, bien elaborada, bien presentada. Me gustaron mucho los entrantes.

Luego había un pollo y un cordero (unos 10-12 taquitos de cada carne para los 4 comensales). El pollo no aportaba nada, el cordero sí que estaba muy bien guisado.
De postre un helado de mora con un crujiente de avellanas que a mi, personalmente, me gusto mucho.

De vino tomamos el libanes tinto Ksar. 19€, curioso, con mucho sabor a tinta china y madera ahumadas.

En conclusión, el sitio muy agradable, la comida buena pero escasa, especialmente para el precio. No me hubiera importado pagar 55€ por cabeza si tras los entrantes me hubieran sacado una carne guisada, un cordero, o algún plato, pero no unos taquitos de carne a compartir.

Tenía muchas ganas de probarlo, y me dejó un poco decepcionado. Bueno, pero no repetiré.

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