Nueva vida...

... recuerdos!

Bueno, hace siglos que no escribo. No por falta de ganas, si no más bien por falta de tiempo y sobretodo porque ultimamente no podemos escaparnos mucho a darnos homenajes. No os preocupéis, este 2020 pensamos ponernos las botas !

Nuevo establecimiento por parte de los propietarios de Los Brezos, ya extinto el local, y ahora ubicados en un palacete reformado. No entraré a decir si me gusta más o menos, es cosa de cada uno, pero lo que si diré es que el cambio es a lo grande. De ahí el título del comentario.

Nos acercamos con la pequeña de la casa, un domingo. Había reservado ya con dos semanas debido a que sigue en su línea, lleno. La casa cambia mucho la percepción de Los Brezos, donde Rubén y su mujer han trabajado muchisimo estos años atrás, pero la esencia sigue siendo la misma. Me explico; solo menú. Original, pero solo menú sin saber lo que vas a encontrarte y, por desgracia todo preparado con anterioridad. Mila hubo platos que no pudo comer de la sal que llevaban.

En ningún momento se nos pregunto si eramos alergicos algún tipo de alimento, el tema de la sal, punto de la carne y pescado, etc. Eso deberían mimarlo un poco más debido a que habrá gente, como es nuestro caso, que no puede disfrutar de pleno la creatividad del cocinero.

El menú consta de 4 entradas, un pescado, una carne y el postre. Voy a ser sincero, no recuerdo la carne que comimos pero si mal no recuerdo era cordero.

La presentación de los primeros aperitivos llama la atención. Un pequeño olivo del que cuelgan unas falsas aceitunas, sus bolas de queso, pero esta vez con anchoa. De segundo aperitivo son unos falsos labios de anchoa y el tercero es un barco que en sus redes tiene tres sobaos con anchoa. Os puedo asegurar que la presentación es muy llamativa, pero a nosotros no nos gusto demasiado.

Segundo juego de aperitivo, la famosa falsa naranja. Si habéis estado en Los Brezos lo comistéis. A mi sinceramente poco me dijo, la fiera si que se puso morada.

Risotto con gambón o carabinero, no me acuerdo. Mila ni tocarlo, la fiera ni verlo y yo con el hambre que tenía rellené el estomago. Super salado.

El pescado, bacalao. Sin más la verdad. El bacalao salvo que sea excepcional a mi personalmente no me dice nada.

La carne no tengo casi ni recuerdo de que era. Mila cree que era cordero, pero lo dejaremos ahí.

El postre, un trampantojo de melocotón. Perfectamente diseñado, los tres iguales. Chocolate blanco a raudales con el toque del melocotón. Lo mejor de la comida.

Mención especial al pan, muy rico. Gastioala seguro que se relamería aquí.

La carta de vinos, en lo que concierne a las burbujas, poquitas referencias. Pedí una botella de champagne que ni recuerdo el nombre. Estaba bueno. 42€ si mal no recuerdo. La fiera se bebió dos kas de naranja a los que tuvimos que quitar el hielo a pesar de pedirlos del tiempo y sin hielo. Una Coca Cola Zero y una botella de agua acompañaron la comida.

La verdad, salimos con un sabor agridulce del local. Tienen aspectos clave por mejorar pero viendo la tónica de trabajo de los dueños estoy seguro que irán poco a poco mejorando todo en general.

Recomendado por 2 usuarios
  1. #1

    Obiwan Ferran

    Pues a ver si es verdad que continúas contándonos tus homenajes, que algunos te echamos de menos por aquí. Yo voy tomando nota para la próxima visita a Cantabria. Qué bien comimos en todas partes la última vez que estuvimos! Saludos!

    Ferran

  2. #2

    Miguelbc

    en respuesta a Obiwan Ferran
    Ver mensaje de Obiwan Ferran

    Alguno más caerá!!!!

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