Uno de los restaurantes más famosos de Roma: para salir del paso sin pagar mucho en Trastevere

Segundo día en Roma y después de un fallido intento de entrar en la Basílica de San Pedro (cerrada por la audiencia semanal del Papa) nos dirigimos al pintoresco barrio de Trastevere. Tras el agradable paseo donde desconectas casi totalmente del agresivo (para los peatones) tráfico romano tocaba buscar dónde comer. Vimos varios locales, algunos con cierto encanto, pero teníamos la idea prefijada de visitar Carlo Menta para ver si es cierta su fama, pues aparece en todas las recomendaciones en internet como sitio económico donde se come bien.

El local se caracteriza (a parte de por sus bajos precios) por tener una agradable terraza en una bonita plaza con las mesas muy apretadas (los comedores de universidad a su lado parecen El Celler de Can Roca). De hecho, están como mucho a 5 cm unas de otras. El entorno (a destacar un coche antiguo aparcado que según nos contaron es del propietario) hace que la valoración en este punto consiga el aprobado.

Conseguimos mesa para dos en pocos minutos... lo más difícil fue acceder a una de las sillas. Muchas camareras, una de la que nos atendió hablaba un castellano casi perfecto. El menú turístico (así lo llaman...) cuesta 10 eur IVA incluido + bebidas (13 por la noche) y consta de un entrante, primero, segundo y postre.

El entrante, que no se puede escoger, es una Bruschetta (rebanada de pan con queso, tomate y rúcula por encima) que no tenía nada de particular, pues era bastante insípida. Pedimos prestado aceite a dos señoras italianas de avanzada edad muy simpáticas que teníamos a nuestra diestra. Para beber, vino blanco de la casa (medio litro por sólo 4 eur!) servido en la típica botellita de vidrio en forma de pequeña ánfora. Obviamente no pasará a mi memoria gustativa pero se dejaba beber.

De primero pedí spaguetti all'amatriciana... Me decepcionaron totalmente: la pasta tenía poca calidad y la salsa muy discreta (ni siquiera picaba). Ración enorme, eso sí. Me costó acabármela. Mi novia tomó unos macarrones con nata y guisantes que estaban un poco mejor.

De segundo me decidí por un plato típico romano: saltimbocca. Consiste en carne de cerdo tipo lomo con jamón y queso por encima. Sin ser algo memorable superó bastante a la pasta. Como acompañamiento una insulsa ensalada de bolsa. 

De postre compartimos una macedonia (la fruta no parecía de mucha calidad y estaba cortada un poco a lo bruto pero hay que tomar algo sano también cuando viajas) y una tarta de manzana y crema que no estaba mal aunque la ración era muy pequeña. Un café espresso para acabar (1 eur).

Hubo un pequeño detalle algo desagradable. En el primer momento pedí una botella de agua pero entendiendo que con el vino sería suficiente le dije que no a la camarera antes de que se fuera y NO la trajeron a la mesa... pero en la cuenta nos cobraron 2 euros. No es por la cantidad (que de hecho fue la propina que dejamos) sino por el hecho de que parece que te estafen. Una de las chicas nos dijo que como la habíamos pedido la teníamos que pagar pero argumentamos que ni siquiera la habíamos visto. Lo consulto con otra y nos hicieron una cuenta nueva. Lo curioso es que nos trajeron pan sin pedirlo y lo rechazamos al cabo de unos minutos y en este caso no lo cobraron... Parece que estos detalles con por desgracia habituales en Roma.

En resumen, comida barata sin pretensiones pero en una terraza muy agradable si la temperatura acompaña. 

  • Postres y café

    Postres y café

  • Saltimbocca

    Saltimbocca

  • Bruschetta

    Bruschetta

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar