Los anales del Noor

Córdoba, año 1 en los anales del Noor.

Era un día caluroso, como muchos en el Reino de Córdoba. Habíamos podido esquivar, no sin dificultades, las batallas a nuestro paso por la ciudad, procedentes de Castilla. Recorrimos infinidad de patios cordobeses, batallamos por sus calles todo lo que pudimos, pero, sin darnos cuenta, nos empezamos a encontrar acorraladas, estábamos rodeadas y comenzamos la huida hasta llegar a un barrio tranquilo, el barrio de Cañero. Nos detuvimos delante de una edificación que nos pareció segura, alzamos nuestra vista y pudimos leer, aunque en otra lengua, "Luz", lo cual nos dio la confianza suficiente para apresurarnos a entrar.

Nos impactó la entrada. Todo lo contrario a lo que esperábamos, era oscura. A nuestro encuentro salieron dos personas, nos asustamos y posamos nuestras manos en nuestras espadas. Falsa alarma, eran dos mujeres, ataviadas con ropas de estilo andalusí, pero que nos parecieron de un tiempo futuro. Se acercaron y, con suma educación, nos propusieron realizar el ritual del lavado de manos. Aceptamos, lo necesitábamos .Terminado éste, nos invitaron a pasar a la segunda estancia.

Aquí sí que el lugar hizo honor a su nombre y quedamos deslumbradas, casi cegadas… Nos embriagó su tenue música árabe, todo se detuvo, nos miraron, los miramos y, sin más dilación, nos acomodaron en una mesa, orientada hacia la ordenadísima cocina abierta, como si fuéramos a disfrutar de una obra teatral en el palacio de algún Califa. Las sillas nos parecieron comodísimas, más después de horas a lomos de nuestros caballos (170 cv, más concretamente, jajaja).

Cuando quisimos volver a la realidad, nos encontrábamos degustando su Menú Taifa Andalusí, el más largo.

 

Durante casi 4 horas, nos agasajaron con multitud de viandas, cada una en su momento justo, sin prisas, sin grandes pausas, y con una hospitalidad infinita:

 

- Bollo al vapor de azafrán, gallina y atún; Antubiya macerada en asefétida y tamarindo; y Khann de bacalao, naranja y zumo de aceituna andalusí: sugestivos.

- Nabo blanco y especias bereberes; Rábano con labne; Coliflor quemada y anises: agradables.

 

- Unos Panes muy ricos.

- Jugo de berenjenas encurtidas con cañaíllas, calamar, setas, coral vegetal y menta naranja: texturas magistrales.

- Karim de pistacho, manzana con especias del desierto, botarga y orégano fresco: elegante.

- Quisquilla al natural, fondo de anchoas y caviar: buena combinación.

- Cardo blanco, alcachofas y acelgas guisadas con emulsión de kazbra y limón en salmuera: intenso en todos los sentidos.

- Manjar blanco de almendras, chopitos salteados, ajetes tiernos y qurfa: muy bueno.

- Guisantes tiernos con brotes de pino, queso fresco de oveja y smen de cabra: suave, para prepararnos.

- Buey curado con yema de huevo y harissa verde: sorprende el buey: un manjar.

- Espárragos blancos, piñones y almendras tiernas con babunj: relajante y sutil.

- Rape en sartén, hammis al estilo eslavo y ciruelas pasificadas: perfecto.

- Gamo con escabeche de rosas: sabroso.

- Pichón asado y reposado con chirivía tostada y aceite de argan: tierno, delicioso, el mejor pinchón que hemos probado, sin la más mínima duda.

- Almena mesopotánica de frutos rojos, regaliz y flores de los jardines de Madinat Al-Zahra: disfrute para los amantes del regaliz, como es mi caso.

- Furniyya de calabaza con naranja amarga y vinagre: equilibrado.

- Dulce de leche, algarroba y helado de oveja de Ras al- hanout: impetuoso, dulce, impactante helado.

- Petit fours.

Todo ello acompañado con 2 cañas, una botella de vino tinto (Abadía de Poblet), 2 copas de vino dulce…, la música,… y la conversación, que nos hicieron llegar a dudar de lo que nos encontraríamos realmente a la salida de aquel fascinante lugar.

En resumen, servicio exquisito (sin duda, el mejor servicio disfrutado hasta ahora), tiempos escrupulosamente medidos, vajilla y accesorios minuciosamente estudiados, muy buena carta de vinos y sensacional sumiller, espectacular ambiente que te traslada a otro tiempo, haciéndote sentir como verdaderos sultanes. Sabores, olores, sensaciones,…, matices nunca antes encontrados por nosotras en ningún plato que convirtieron la experiencia en una experiencia única. Tanto es así, que abandonamos el lugar con la sensación no sólo de haber engullido historia, sino de haber formado parte de ella.

Y Paco Morales…, atento, cercano, incluso nos acompañó y agradeció hasta la salida, el perfecto anfitrión de nuestra histórica aventura.

  • Espárragos blancos, piñones y almendras tiernas con babunj

    Espárragos blancos, piñones y almendras tiernas con babunj

  • Guisantes tiernos con brotes de pino, queso fresco de oveja y smen de cabra

    Guisantes tiernos con brotes de pino, queso fresco de oveja y smen de cabra

  • Petit fours

    Petit fours

  • Almena mesopotánica de frutos rojos, regaliz y flores de los jardines de Madinat Al-Zahra: disfrute para los amantes del regaliz

    Almena mesopotánica de frutos rojos, regaliz y flores de los jardines de Madinat Al-Zahra: disfrute para los amantes del regaliz

  • Manjar blanco de almendras, chopitos salteados, ajetes tiernos y qurfa

    Manjar blanco de almendras, chopitos salteados, ajetes tiernos y qurfa

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