Buena experiencia, pero no extraordinaria.

Día extraño, poca gente, poco trafico, posibilidad de aparcar en la calle, pocos restaurantes abiertos, ¿Total para que? Para cuatro gatos que se han quedado en la ciudad y media docena de turistas, ¿Para que vamos a abrir?....La misma historia de todos los años, y hasta a lo mejor llevan razón.

De entre los pocos que permanecen abiertos, optamos por volver a este lugar después de mas de un año desde la anterior visita, y enlazando con el punto anterior, medio aforo y eso siendo generoso.

Recordaba una muy grata impresión como resultado de aquella visita, pero claro después de mas de un año, uno crece, evoluciona, prueba mas sitios, y donde creíste ver uno de los tres mas grandes, -en su estilo-, el paso del tiempo y otras experiencias, te hacen ver la realidad con otros ojos, y sin negar su calidad, - que la tiene y mucha-, ya no puedes ubicarle en el puesto super top al que le tenias asignado.

Afortunadamente para el comensal, la multitud de oferta existente produce estos efectos, lo que hoy es blanco, mañana puede ser gris e incluso negro.

La sala sigue siendo de nivel, aquí no hay cambios respecto a los recuerdos.

La oferta de comercio y bebercio sigue siendo importante, variada y completa. Tan importante como sus precios, a modo de ejemplo, no hace muchas fechas disfrute de un vinazo en otro lugar a 27€ y aquí, el mismo vinazo, a 37€. Obviamente este no ha sido el elegido, nos hemos conformado con algo mas modesto, un Do Ferreiro del 2015 a 22,6€ + IVA.

Del comercio sensación dispar, algunas cosas de mucho nivel, y otras en cambio, siendo buenas, no han producido sorpresa de ninguna clase.

A modo de entretenimiento y aperitivo previo, un correcto Edaname y un muy insulso Sushi de salmón.

Sube muchos enteros, unas buenísimas Gyozas de jabalí, con cebolla caramelizada, unos toques de queso de Arzua y una infusión de castañas pilongas. Sin duda uno de los mejores platos. Plato muy equilibrado.

Tempura de langostinos tigres, plato clásico de la casa que goza de prestigio, y que hoy no ha producido las mismas sensaciones de la visita anterior.

Pasando a los nigiris, a destacar el de Pez mantequilla con trufa, y el Rodaballo flambeado, ambos de muy buen nivel. Menos destacables los nigiris de carne de Waygu, el de Anguila asada con salsa Tare y el Gunkan de erizo de mar. De los tres bastante esperaba mas. Respecto al de Salmón flambeado con lima, sencillamente no hay quorum, el toque acido de la lima, que se notaba bastante, no es del agrado de todo el mundo.

Cerramos con un Atún en teriyaki de oloroso, con compota de manzana y pack choi. Buen plato, tierno, con un buen contraste de sabores.

Tarta de queso con dulce de leche y sésamo negro. No esta mal, simplemente.

Cafés con hielo y unas ricas Trufas de té verde ponen punto final a esta visita.

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