De nuevo aquí, deseando disfrutar con la cocina de este lugar, top capitalino para mi, donde se produce una constante búsqueda del mejor producto, la mejor receta, el mejor servicio,..., todo ello para mejorar la satisfacción de la clientela.
En esta visita, bien acompañados, por una persona con la que siempre es un placer compartir mesa y mantel, abierta, sencilla, con conocimiento de las cosas del comer para aburrir. Gran persona.
Pero claro, uniendo ambas cuestiones y con ganas de agradar, uno que es un poco lanzado, se lía a pedir sin medir las consecuencias, y al llegar la dolorosa, cae en el error.
Comenzamos con una agradable crema de calabaza para ir abriendo el estomago.
- Tartar de ostras. Plato ya conocido, sigue estando igual de bueno, pero claro, para compartir se hace muy escaso, apenas un trocito por persona.
- Colmenillas con salsa de queso Comté y vino blanco del Jura. Plato que goza del aplauso por parte de la clientela, y no le falta razón, esta muy muy bueno, pero tiene el mismo defecto que el plato anterior, querer compartirlo entre tres, es utópico, tocas a tan poca porción, que no permite apreciarlo suficientemente.
- Sepia y habas. Buen sabor, pero insuficiente para compartir.
- Sarda sarda con tomate y sus patatas triple cocción. No esta mal, pero un trozo enano y encima a compartir.
- Salmonete con verduritas. Hermoso lomo de salmonete, perfectamente desespinado, pero aun viniendo de un productor afamado, sinceremente, no pasa a mi top.
- Arroz con sepia, habas y alcachofas. Soberbio, en mi opinión, el tratamiento a los arroces sigue siendo uno de los puntos fuertes de este lugar, eso si, cobrarlo lo cobran.
- Paulova. En su linea, es y sigue siendo uno de sus postres mas afamados.
- Baba al ron. Bien de sabor y cargadito de ron. Aquí hay una discrepancia, mientras la formula tradicional del baba es a base de brioche, su versión es elaborado con bizcocho.
- Jess. (sorbete de manzana Granny Smith con vodka y cava). Bien de sabor pero decepcionante presentación. Mi recuerdo era dentro de una manzana natural y ahora se presenta con una clásica copa de cristal con sus pajitas correspondientes.
En el capitulo bebercio, un chardonnay francés de Pouilly-Fuisse. Les Escelles de Marcel Couturier, correcto.
Sensación rara, buena cocina en general, como siempre, pero raciones, - excepto el arroz-, muy escasas para compartir entre tres personas, y un nivel de precios, a todas luces excesivo. Los pescados, por muy buen suministrador que sea, no se pueden cobrar por esas mini porciones, precios que oscilan entre 24 y 26€.
Menos mal que a postres y cafés, fuimos invitados, pero aun así, la dolorosa fue de 196 €, a 65€/pax.
No entiendo nada de La Bomba Bistrot, ni el porqué de su fama. Para mí es uno de los fiascos de la cocina en Madrid.
Conozco el menu degustacion, es completo y muy interesante, pero en esta visita no estaba disponible. No obstante, la caludad de su cocina invita a volver.
Un saludo
Unpaciente. Nosotros hemos ido en muchas ocasiones, y siempre hemos salido muy satisfechos, esta ultima experiencia es mas un problema "logistico" que no de caldad de cocina.
Un saludo.
Para mi es un sitio mas dentro de lo correcto. Su estrategica ubicacion le ayuda mucho. En esa zona hacen llenos completos al mediodia sin dar "menu" y por la noche tambien esta muy animado. Yo no diria que es un fiasco pero tampoco lo elevo a los altares. Saludos
Hola Jose.
Quise decir, comercializador de pescado. Obviamente el citar la palabra productor, es un claro error por mi parte.
Mis disculpas.
Saludos.
Nada que disculpar hombre. Era una broma ;-)
Saludos,
Jose
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