Sorprendente la presencia de aromas frutales. Un leve matiz de reducción. Terciarios elegantes. Impresiona su entereza y sus recuerdos a ciertas especias, y en boca no desencanta, algo debil de sabores pero largo y persistente. Buen despliegue en retronasal. Desde luego beberia más vino como este.

Para catar trato de olvidarme de que estoy ante un vino de 62 años y percibo esto: Color rojo rubí con ribete anaranjado, una intensidad sorprendente para su edad, capa media, muy glicérico y brillante, lágrima muy lenta. Alta intensidad aromática llena de complejidad que inicialmente da notas a cueros y desván pero que con trabajo en copa, evolucionan hacia fruta roja en sazón, melocotones y una carga muy fuerte de recuerdos especiados. En boca es sedoso pero con "pantorrilla", impresiona por su volumen en boca y por sus taninos aún firmes pero sedodos, buena acidez que da frescura. Retronasal muy largo a natilla y fruta roja.

La sensación que nos ha dado es de que "hay mucho vino". No imaginaba que un vino de esta edad pudiese estar pleno de vida, sino que además lo hemos disfrutado como pocos. Según pasaba el tiempo iba ganando fruta roja, y aguantó un jamón ibérico y un lomo fresco con setas sin problemas, hubiera aguantado un plato de caza. Si me dicen que me voy a encontrar esto dentro de una botella de 1942 no me lo creo. No soy capaz de puntuar este vino que muestra un camino a seguir. Trascendental

Color granate de gran intensidad, que despliega en nariz notas de importantes aromas de frutos negros del bosque, muy maduros, (frambuesas, arándanos y ciruelas) en mermelada, y sobre éstas aparecen otras no menos fragantes a tostados (café, dátil y humo de chimenea), tabaco y madera de roble.
En boca se pavonea con ran descaro, resultando muy carnoso, llenándolo todo, y dando con gran generosidad, grata sensación de rico sabor a vainilla, algarrobas e higos, en armoniosa conjunción, se ofrecen los taninos con exquisita elegancia, ésta no está exenta de cierta acidez, que al estar perfectamente integrada cautiva, y siendo su recorrido hasta alcanzar el postgusto una verdadera procesión de grato sabor, y consiguiendo que hasta las papilas gustativas lloren atónitas cuando se pierde a los lejos la ultima gota de este historico LdH. Un vino a recodar gratamente por los siglos de los siglos.