Botella borgoñona de etiquetado moderno pero austero.
Cierre de silicona que huele muy bien.
Visual
Amarillo dorado oscuro con reflejos de color ámbar-anaranjado claro, limpio, brillante y de fina lágrima.
Bonita visual. (9)
Nariz
De gran intensidad a fruta blanca de hueso madura (albaricoques, paraguayas y melocotones), fruta cítrica madura (limón y mandarina), sobre todo piel de mandarina madura, flores blancas y amarillas algo marchitas ya, recuerdos de brioche, crema pastelera, mentolados, herbáceos de monte bajo, heno y notas de de dulce de membrillo bastante importantes.
Excelente nariz en cuanto a intensidad y complejidad. (9,2)
Boca
Ataque fresco y suave, seco, de una acidez cítrica muy elevada, de buen volumen y densidad, cuerpo medio plus y buena estructura para casi 4 años. Vino muy bien armado. Paso por boca untuoso, cremoso, sabroso, redondo y equilibrado, con una acidez muy poderosa que limpia la boca totalmente (y que todavía podría ser redondeada con algún año más de tiempo en botella).
El final es de buena longitud con notas de fruta blanca de hueso, recuerdos herbáceos, mentolados y cremosos que lo redondean fenomenalmente bien en retrogusto y retronasal. (9,3)
Gran momento el de este albariño joven a sus casi 4 años de vida. Fantástica evolución y, aún, mucha vida por delante (mínimo 3-4 años más si es bien conservado). Una vez más, esta uva da vinos con un potencial de evolución y mejora en botella muy interesante.
PVP que ronda los 9-10€ (9,50€ pagué yo). Excelente RCP sin paliativos.