EL pasado sabado quisimos celebrar el primer cumpleaños de mi hija y reservamos mesa en HORCHER con 3 semnas de antelación. Cual fue nuestra sorpresa cuando al acudir a este restaurante desde MURCIa donde residimos nos denegaron el acceso alegando que no estaba permitida la entrada a NIÑOS. Todo este adornado por una rigidez e irreflexibilidad del jefe de sala que en ningún momento se mostró amable más bien altivo. Por lo tanto piensen la calidad humana y profesionalidad de un restaurante donde deniegan la entrada a niños. Poco elegante y altivo, solo puedo decir eso.
A HOrcher no se va sólo a comer , no es una cocina para perder la cabeza pero le distinguia el gusto, el ambiente, saber estar ,la amabilidad. Todo eso pasó...