La bodega por fuera es muy atractiva, tipica: jamones colgados, vinos expuestos etc...muy bonita.Una vez entramos, nos sentamos, miramos la carta y no tenemos muy claro que pedir...el camarero nos recomienda una serie de platos y acabamos pidiendo un plato de jamon y queso, y unas patatas con huevo y supuestos boletus. También pedimos dos copas de vino pero acabamos pidiendo una botella de un tempranillo que en la carta marcaba 9 euros y en la nota, por arte de magia, acabó valiendo 12 euros sin iva... Cuando nos sirven los platos: ya no tienes muy claro si lo que te han servido es jamon o tocino; los supuestos boletus son las tipicas setas variadas congeladas de mercadona o makro,y se les ha olvidado salar minimamente la comida...con esto ya no te apetece seguir pidiendo y decides pedir la cuenta,y ahora viene la sorpresa:47 euros!!!: 1 botella de vino de supuestamente 9 euros, 1 plato pequeño de jamon y queso, y 1 plato de patatas con supuestos boletus(15 euros).Total, un sitio para olvidar.