A la vista se presenta con color cereza, con los ribetes y destellos entre violáceos y granatosos, con una capa media y una buena lagrima, no muy lenta.
Al ponerle en nariz se muestra con una buena intensidad, con la fruta muy presente, fruta de tipo más bien negra y madura, apreciándose también detalles de mineralidad.
Al paso por la boca, carnoso, con mucha fruta. Con ciertos detalles dulzones y al final muy persistente.
Botella con etiqueta de fondo beige y un dibujo extraño y el nombre en la zona superior en color vivo. Buena información en la contraetiqueta.
Me ha gustado este vino y una vez más se demuestra que para que un vino agrade no hace falta siempre pasarle por la madera.
Me alegra que coincidamos y mas sabiendo "tu entender" de estos vinos
Gracias y un saludo
Buenas noches Gabriel,
Agradeciendo tus halago, lo cierto es que esas palabras que digo hay que cogerlas con pinzas, a cada añada que sale al mercado en Ribera Sacra, aparecen cositas nuevas interesante, poco a poco se van dando cuenta en esa zona que elaborando la uva de forma correcta pueden hacer grandes vinos….. Sin ir más lejos, este verano probé una cosa sin madera que también parecía muy interesante…. Don Bernardino joven 2009, una mencía más del perfil del Guímaro joven, con muy buenas hechuras y a muy buen precio….. Probé el joven y el barrica y sin duda me quedo con el joven, con el barrica creo que se han pasado algo con la madera y no creo que valga la diferencia de precio que piden…..
http://www.donbernardino.com/index.php
Un abrazo,
Javier
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