Cinco meses después.

El vino sigue exactamente como la prueba anterior, no ha evolucionado nada, lo cual quiere decir que se encuentra en el culmen de su vida.
Ya han quedado reflejadas en las catas de más abajo, las fascinantes sensaciones de este vino, tanto en nariz como en boca.
En esta ocasión lo hemos disfrutado con un excelente jamón ibérico de bellota D.O. Dehesa de Extremadura y con un queso de cabra de la Vera, que dicho sea de paso era una maravilla, sobre todo en textura. Pues el resultado como siempre, fué magnifico y placentero.
Grande este vino a un precio muy, pero que muy contenido.

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