Pinta bien...Luego, veremos.

Última añada en el mercado de este tinto reserva del Somontano. Catado por vez primera en la visita en la bodega.
La verdad es que parece ser, muestra intenciones para regresar a lo que todo reserva de la D.O. ( y por supuesto, todo Gran Vos), debe tener (y lucir): presencia, finas maneras y no carecer por ello de un carácter que le otorgue personalidad.
Luce un color rojo picota granatoso de capa media-alta en copa. Lágrima abundante, marcada y densa, ligeramente tinta.
La nariz presenta la profundidad de la Cabernet (con sus notas vegetales) y la fruta madura de la Merlot, junto a las especias entre dulces y picantes (vainilla, pimienta). Sí que al principio se nota algo de humedad, tierra mojada y algo de cueros, aunque son sensaciones pasajeras. Se agradece (como siempre) el decantado de este vino, pues gana enteros en el conjunto.
La boca demuestra buen equilibrio con la nariz y buen ensamblaje entre la fruta y la madera. Adecuada acidez, media, recorrido medio-largo en le paladar; carnoso y algo secante al final, con un postgusto incluso algo dulce, sin aristas ni estridencias, maduro.
Es curioso como, tras haber catado un 2002 bastante bueno (para la añada de la que se trata, generalmente de las más flojas de la zona); un rico 2003 y un 2004 presentable, este 2005 parece renacer ese espíritu de gran tinto crianza de la bodega y colocarse de nuevo entre los buenos crianzas de nombre del Somontano.
Bien irá, si sigue así.

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