El vino tiene un color muy atractivo, a pesar de tener ya 5 años. Un rojo picata, homogéneo y intenso. Alta viscosidad.
En nariz, sin mover la copa, tienen gran presencia los aromas de frutas negras, maduras pero aún frescas, y las notas minerales (a pesar de que se trata de un viñedo -de Garnacha esencialmente- con apenas contribuciones de pizarra, pero más bien de suelo calcáreo, con arcilla, con una cantidad impresionante de cantos rodados).
En movimiento, la evolución olfáctiva está excelente: siguen las frutas negras, rasgos de minerales (tinta china), notas torrefactas de barrica excelente.
En boca también está muy presente el vino, con gran intensidad y amplitud, bien que quede todo en lineas bien 'civilizadas'. No sabresale ningún elemento en particular: un ejemplo muy bueno del equilibrio que buscamos en buenos vinos.
Está muy persistente, con mucha fruta, algo de pastelería. Un vino de mucho placer, invitándonos a continuar el disfruto.
Un ejemplo de Garnacha: bien que no llega al nivel de complejidad (sobre todo en el terreno de mineralidad, al como encontramos en nombre de Priorats, en un Mancuso o un Murero...), nos enseña hasta dónde pueda llegar un Garnacha de viñedo casi sin pizarra.
Se vende sobre 17-18 € en Barbastro, capital del Somontano.
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