La convergencia entre albariño y riesling

Dorado intenso y con brillos.
En nariz se muestra poderoso y complejo, aromático y profundo. Notas de flores secas, fruta madura de hueso, piel cítrica, especias orientales, miel, tonos herbáceos, un ligero recuerdo mineral y un tenue atisbo herbáceo. Nariz muy compleja, con múltiples capas, agradable y elegante, de vino maduro y distinguido.
En boca es amplio y tiene poder y estructura, además una todavía fresca acidez y un marcado tono de fruta madura le hacen francamente disfrutable en su fase de madurez. Final largo y sabroso, que nos deja notas de frutas de hueso, piel de cítricos y un mínimo deje especiado. Buena persistencia.
Tras disfrutar de esta fantástica botella hemos confirmado tres cosas que teníamos claras; primero, que los buenos albariños pueden ser vinos longevos sin necesidad de maderas u otros artificios. Segundo, que Dorado es uno de los mejores, en este caso “alvarinhos”. Y tercero que estos vinos con el tiempo convergen con los riesling secos alsacianos, por lo que pienso que algún tipo de relación debe haber entre estas castas. Un vino fantástico.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar