Dorado,glicérico limpio y brillante.
Buena intensidad aromática que crece a partir de las 24 horas. Uva blanca, cítricos, hinojo, mineralidad...
La boca posee una cierta estructura y tiene prestancia. El paso es sedoso y al mismo tiempo tiene acidez. La madera está muy bien trabajada, al igual que el alcohol. Éste último, con un grado de 14º, no obstante, necesita frío. Mucho pomelo, flores de invernadero, caja de cerillas y otros toques salinos.
Final pedregoso.
Muy bueno, y mejorando año tras año. Imagino que será porque las viñas irán envejeciendo.
Lo encontré joven, pero al mismo tiempo accesible. Al ser vinos estructurados y sin acideces salvajes, siempre los he disfrutado incluso recién salidos al mercado, pero también los he bebido con evoluciones estupendas (cierto es que lo más viejo tendría 5/7 años). El otro día, un forero al que le gustan mucho estos vinos, me decía que la 2020 viene muy buena.
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