Caoba anaranjado. Capa baja. Limpísimo. Empezamos muy, pero que muy bien.
Tremendo en nariz: naranja amarga, agua de azahar, canela, ortigas, Coca-Cola, cacao amargo, anís, tabaco de pipa, unos balsámicos que suben y suben, cueros, menta, madera vieja, piedras...
La boca fluye de tal manera, que podríamos pensar que se trata de un tawny. No entiendo demasiado de añadas en Oporto, pero si todas las botellas de este 84 son así, envejecerán maravillosamente. Carácter, acidez, poca madera, un alcohol de 20º que nadie niega que sea importante pero que se está integrando, fruta, terciopelo, complejidad...
Final complejo.
Quien me conoce sabe lo que me gusta la zona y sus grandes vinos, que son muchos. Y no es que sean desconocidos (que también), es que están escondidos en las zonas más recónditas de sus bodegas.
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