Uno de los últimos mohicanos ...

     El Reserva de Viña Ardanza fue el hermano mayor del Reserva de Viña Arana pero " La Rioja Alta " transformó el hermano menor en Gran Reserva : ya veremos lo que ocurrará. 

     Por ahora, el vino tiene un color rojo guinda y no se ve a través de la copa. Repasa toda la paleta olfativa de un rioja bien criado : puré de fresas, cerezas compotadas, zumo de arándanos rojos, vainas de vainilla. Lo todo puesto de relieve por una acidez volátil no insignificante. En boca, encontramos prácticamente las mismas notas frutales - grosellas cocidas, frambuesas salteadas, algo de bayas de saúco y una pizca de madroño aplastado. Destaca por su corpulencia mediana, su apetecibilidad, su acidez centelleante, sus taninos casi masticables pero bien integrados, su final que nos remite al cuero de Rusia, al clavo, y al cigarro cubano. 

     Considerando que sólo tiene alrededor de diez años de vida, empieza a vivir una existencia prometedora, como casi la totalidad de los tintos elaborados por la bodega harense. ¿ Cuales son las casas que resistieron la sed irrefrenable del lucro ?  " López de Heredia ",  " La Rioja Alta " y la " C.V.N.E " : la maravillosa María José - que conoce de pies a cabeza a Guillermo de Aranzábal y a Victor Urrutia - al referirse a " Little Big Joe ",  habla de los últimos mohicanos, condenados a morir con las botas puestas. ( PVP : 18,50 € )

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