Amarillo dorado, con mucha turbiedad. Predominio de aromas asidrados en nariz, que no se disipan a las 12 horas una vez abierto. Por debajo de esa dominante notas sutiles y elegantes a petalos de rosa y miel. De nuevo sidra y poco mas. Al beberlo manzana fermentada, como sidra natural. Paso glicerico agradable y dulzor contenido. Toques amargos en el retrogusto y longitud media.
No puntuo pues estoy casi seguro que ha habido algun problema desde si elaboracion hasta el momento de consumo...
Ya son demasiadas sospresas las que llevo de este tipo con vinos de elaboracion natural, tanto en blancos como en tintos. Y siempre esa domintante a sidra, que hace uniformes a vinos que debieran destacar por su franqueza y originalidad.
Una pena. Lo volveré a intentar con este vino, aunque mo me quedan mas botellas