Es extraño, se trata de un vino natural que siempre se ha mostrado fresco y muy mineral. Debe ser la botella. A ver si encontramos otra. Saludos!
Después de esperar casi un año para que el vino estuviera un poco más maduro, me decí hoy a probarlo. Es un vino que está encerrado en una botella borgoñona que está vestida con una etiqueta moderna y minimalista. El corcho que la cierra de aglomerado y significando en el mismo el nombra de la bodega.
A la vista un color rojo picota y violáceo de capa media alta. Limpio y brillante. Fina lágrima que perezósamente y tintando se desliza por el cáliz de la copa. Ribete granatoso y violeta.
En nariz ácidas frutas rojas que nunca madurarán, muy discreta madera de su tiempo en barrica, notas de mineralidad y de verdor.
En boca elevada acidez y verdor. Me recuerda a los vinos tintos verdes portugueses de hace 30-40 años. Taninos que nunca se domarán. Guiñolento, por su acidez, el paso de boca. Es un vino largo. Me da una permanencia de 1,45 minutos.
Desafortunada experiencia.
Es extraño, se trata de un vino natural que siempre se ha mostrado fresco y muy mineral. Debe ser la botella. A ver si encontramos otra. Saludos!
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