La pregunta es: Qué necesidad tenía Barbadillo de hacer este vino?
Cuando la tendencia en Cádiz es exprimir las facultades que la palomino presenta cuando está plantada en buena tierra Albariza no entiendo que saquen al mercado un Sauvignon blanc, acompañado de Verdejo y Moscatel. Castillo de San Diego sigue siendo un top ventas, eso no se puede negar, y al precio que tiene no hay venta o restaurante que no lo tenga, y si lo quieres semidulce pues toma Maestrante. Y las manzanillas son un tema aparte.
Quizás una vinificación de buen palomino con un leve toque de Moscatel pero elaborado en seco y hacer un Blanco de Blancas algo más "premium" como se dice ahora, con más chicha...
Desde luego, de las tres novedades de Barbadillo este año - Nude, Mirabrás y Blanco de Blancos - este es el mas flojo.
Objetivamente el vino no está mal, un tanto exótico con notas agradables de fruta blanca pero de media intensidad, tampoco es una explosión aromática como su coupage pudiera dar a entender. Algún recuerdo a hierbas, flores, y sobre todo notas cítricas, piña, pomelo...
En boca es eminentemente seco, tiene frescura, una correcta acidez y ese final amargoso que le da el toque herbáceo.
En fin, un vino diferente a lo que se viene haciendo en Cádiz y quizás fuese ese el objetivo: la diferenciación puede ser a veces positiva.