Hasta aquí llegó... una botella

Si el lujo fuese el tiempo habría que considerar que disponer de una botella de Aurus de 1996 en 2010 es un privilegio.
Al abrir la botella el corcho se ha roto en dos pedazos pero se ha podido sacar la parte inferior sin demasiados problemas. No presentó infiltraciones.
Decantado con delicadeza no ha dejado precipitaciones en la botella. Catado a lo largo de dos horas. Presenta un color evolucionado rubí mate con bordes teja y capa media sin turbiedad.
Aromas de reducción que pronto dejan paso a cítricos, principalmente pomelo, y un predominante cuero que se impondrá en todo momento junto a un toque herbáceo. Algún remedo de fruta, chocolate y canela nos recuerdan de donde viene este vino.
Y se acabó. En boca está desdibujado, plano y pese a que puede beberse no nos aportará más de lo entregado antes.
Estamos ante un espectro que aún camina. Frente a una caricatura de sí mismo. Frente a un Rioja de los que se hacían en 1996, con 13º, y casi 14 años desde su vendimia.
La botella estaba ahí, había que abrirla y además había que contarlo. RIP.
Hemos acompañado la “experiencia” con un Aurus del 2001 que se ha mostrado en plenas facultades y con claros signos de potencial futuro pero ése ya se embotelló con 14,5º y eso es otra cosa tal y como atestiguan sus notas de cata a fecha de hoy.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar