Sencillo, honesto y correcto blanco de Barbadillo en momento óptimo de consumo

Botella típica de Castillo de San Diego aunque vestida y redecorada con un plástico transparente con peces y pececitos por toda la botella. Cierre de aglomerado de corcho suficiente para esta tipología de vino (el cierre apenas huele a nada por el interior).

Aconsejo tomar a unos 7-8ºC para sacarle enjundia (a 5ºC apenas oleremos a casi nada aunque entrará en boca perfectamente).

Visual: amarillo dorado pajizo, limpio, brillante y con buena lágrima cuando gana algo de temperatura.

Nariz: intensidad baja que va creciendo hasta media con la aireación y temperatura; fruta blanca de hueso (algo de melocotón y albaricoque), pera de agua de cierta madurez, flores blancas, notas ligeramente dulzonas y balsámicas, ligeros herbáceos, hierba, heno y toques que recuerdan a tiza y a una muy ligera mineralidad. Requiere algo de tiempo en copa y una temperatura no de nevera, sino de unos 8ºC como mínimo para dar lo expuesto.

Boca: entrada fresca, ligera, con ligeras notas minerales y muy ligeramente salinas tapadas por ese toque dulzón que acompaña normalmente a este vino (a pesar de ser seco). Siendo un vino equilibrado, hay que decir que el volumen es más bien bajo, la acidez es media-baja y la estructura más bien delgada. El paso por boca es agradable (con una muy ligera untuosidad) e incita a seguir bebiendo (se puede beber, frío y con cierta sed, casi como el agua). El final es más bien medio-corto con postgusto ligeramente herbáceo, a fruta blanca, ligeros anisado/balsámicos y un ligero toque mineral/salino y a tiza finales.

Lo dicho: un vino en visual en momento óptimo con algo más de 18 meses de vida ya, correcto en nariz y boca, sin gran complejidad ni intensidad pero que cumple bien en todas sus facetas. Lo mejor de él: su precio y que se bebe casi como el agua (es muy fácil beber la botella entera si se toma entre 7-8ºC)... por tanto "vino peligroso" para noches veraniegas venideras donde lo que menos nos importe sean aspectos técnicos como complejidad, intensidad, densidad, etc... donde lo que nos importe realmente sea disfrutar del momento, la buena compañía, la luz de la luna/velas y un vino agradable, fresco, asequible y fácil de beber.

Esta añada 2014 está ahora mismo muy bien: para tomar ya y, como mucho hasta después del verano (ó, apurando mucho, finales de 2016). No creo que el vino mejore mucho más con más tiempo en botella.

Su PVP ronda los 3.80€. Muy buena RCP para lo que ofrece.

  • Antonio Barbadillo Castillo San Diego 2014

    Antonio Barbadillo Castillo San Diego 2014

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